Vitta Roma

Pastelería cafetería con una gran oferta de dulces, dispone de una terraza en la entrada

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Alguna vez fue una de las mejores pastelerías de la capital, por la limpieza de las instalaciones y el personal, los productos en el escaparate, la calidad de los productos, el respeto por el cliente, el trato personalizado, una selección espacio. La falta de un buen gerente ahi y la persona que contrata gente para estar pendiente de las compras de mostradores y mesas, lamento y con tristeza que escribo que desde hace dos años es la decadencia es el personal sucio es la persona que esta en la maquina dando servicio con ropa no muy adecuada pero me parecio muy vulgar calidad de atencion sin respeto y sin guardar la distancia con el cliente, pido quien contrata al personal no tiene ojos en la cara para a ver quien lo contrata antes era el mejor de la avenida ahora mas parece una taberna con todo respeto a las tabernas, que pena pero mis manos se tornarian de estar sanas. Un consejo para el propietario: puede que sentado en una silla no haga nada, pero la presencia lo es todo. Una nota final para el propietario, coloque una máquina de pago y cambio automático allí, no despida ese espacio está muerto, pero ya está enfermo.

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Trato exquisito buen producto a probar sus dulces todossss y sobre todo sus buenisimas sus tostadas y sus croissant... 😋

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Mi experiencia fué bastante mala, me atendieron tarde, lo me sirvieron lo que pedí en dos ocasiones y tampoco era barata. Lo cierto es que no quedé muy contento de la atención ni del servicio. He estado varias veces en Lisboa y no es un lugar que recomiende. Por lo menos, esa fué mi experiencia. Un saludo viajeros.

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Buen sitio para pillar un desayuno rápido. Bollos bien hechos y a precio asequible. Eso sí, si te gusta el café con leche para llevar... Mejor trae tu propio vaso porque igual no tienen.

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Escribo esta crítica para demostrar mi disgusto. Llevo más de 10 años encargando pasteles a esta pastelería y creo que eran increíblemente desatendidos, tanto por el trabajo que hacían, como por la actitud de seguir queriendo prestarme un “poquito de atención” en un trabajo como este. Verifiqué dos veces que todo estaba bien y que había alguna pregunta, incluso la señora que recibió mi pedido en su teléfono celular (la única persona útil en medio de esta situación) escribió cualquier pregunta, llame al cliente. Creo que incluso un niño de 10 años entendería que no se suponía que fuera una fotografía impresa. ¿Una fotografía de un pastel encima de un pastel? Un 30 cumpleaños sin pastel de cumpleaños. Felicidades al pastelero.

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