The Rickey

Paramos para tomar algo antes de la cena, terminamos encontrando este increíble salón, ubicado en el hotel boutique al otro lado de la calle, después de dejar el bar de la azotea debido a la humedad y el calor. Después de entrar en el bar, realmente sentí como si estuviéramos retrocediendo en el tiempo, el interior tiene un maravilloso encanto del viejo mundo, es pintoresco, más íntimo que cualquier otra cosa y extremadamente cómodo. El camarero era muy agradable, fácil de hablar y tenía una gran personalidad. Esperaba encontrar una cerveza negra muy oscura y seguí una recomendación del camarero. La cerveza negra era extremadamente oscura con notas de chocolate, estaba en borrador y extremadamente suave. Tocaban bastante música variada, era bastante relajante hasta que llegó la música rap, escuchar música rap en este ambiente era como echar gasolina al fuego para apagarlo. En general, disfruté mucho de este salón y volveré en el futuro.

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Vinimos aquí después de una noche en Hell’s Kitchen. La ubicación es excelente, y fue un cambio bienvenido de los bares llenos en los que estuvimos antes. El menú de bebidas era variado y equilibrado para nuestro grupo, que incluía una paleta de sabores bastante diversa. El ambiente es muy frío; y la tenue iluminación crea un ambiente para una conversación íntima. La decoración es discreta pero de buen gusto, con cumplidos particulares en el papel de la pared.

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Un poco de una joya escondida de un bar de cócteles en el centro de la ciudad de Nueva York. El camarero era amable y conocedor del menú e hizo excelentes recomendaciones basadas en nuestras preferencias. Recomiendo encarecidamente The Cartel: usan un cubo de hielo de agua de coco que mejora el sabor del cóctel mientras bebes, y el grano de café rajado proporcionó una fragancia tan genial a todo el cóctel. Como realmente me gustan los cócteles de clara de huevo, el cantinero también me recomendó la Lavender Girl, que era un gran cóctel espumoso equilibrado con toques de acidez y una suave fragancia de lavanda.

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US$26 Por un Martini. Nada justifica el precio. No es un lugar lujoso ni hay música en vivo.

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Un bar pequeño, con buen ambiente. Bueno para descansar de una caminata por Manhatan y reponer energía. Incluso se puede picar alguna cosa mientras te tomas unos tragos.

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