Terraza Rincón de Goya

Estuvimos ayer y menudo descubrimiento de sitio. Los camareros majisimos, la comida nos encantó, las cervezas tiradas de una manera exquisita y el trato de 10. Que bien que en el parque grande siga habiendo lugares tan auténticos y que sigan pasando de generación en generación. Volveremos! Seguro 😉

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La verdad es que no pasamos un buen rato. No puedo opinar sobre la comida porque no la pedimos, y el camarero fue majo, pero tuvimos que esperar un montón para sentarnos y para que nos tomaran nota. Además, nos pareció raro que pusieran a todas las familias con niños juntas. En nuestra zona había una familia con tres niños que no paraban de hacer ruido y los padres no les decían nada, así que se hizo imposible estar tranquilos. Al final, nos fuimos sin cenar.

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Un lugar mágico para disfrutar en todos lo sentidos. Desde la atención tan agradable de Javi, Jose y Patricia; siempre tan educados, cuidadosos y amables en todo lo que hacen y que consiguen que el tiempo allí sea tan agradable. La ubicación tan especial en el fondo del parque; rodeado de árboles, alejado de la ciudad, permitiendo desconectar de todo. La gastronomía; esos bocadillos de tortilla tan esponjosos, las ensaladas tan buenas, ese queso de Roncal o los increíbles y míticos trifásicos de Baileys con hielo. Una carta formada por unos cuantos platos elaborados con cariño y productos de calidad de la tierra. En un momento en que el Parque Grande se está convirtiendo en un centro comercial sin personalidad, es una suerte que siga existiendo un lugar tan bonito como este. ¡Muchas gracias por hacernos disfrutar tanto allí y enhorabuena por vuestro trabajo! ❤️

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Un sitio tranquilo rodeado de naturaleza pero en plena ciudad, está al final del parque, algo escondido pero eso hace que no se masifique, incluso si el parque está lleno, (aunque eso no impide que a veces, puntualmente, haya que esperar un poco a ser ubicados). Es destacable especialmente que tiene una zona específica para los niños, que pueden explayarse en las lomas aledañas, mientras los padres toman algo en las mesas o de picnic. En cuanto al local en sí, es pequeño pero la gracia está el exterior y en los batidos y granizados que sirven, especialmente bueno el de café o la especialidad con Baileys. Una parada recomendable para descansar y charlar para quien pasee el parque un día caluroso.

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Teníamos reserva a las 20:30 y no nos atendieron hasta las 22:15. Los bocadillos se han vuelto de risa. Puedes ver la cantidad de productos que hay dentro del pan en las fotos. Cada año son más caros para el servicio lento que prestan. La terraza es muy agradable, un ambiente que tiene más que ver con el parque que con el servicio. Nos gusta ir porque podemos dejar a los niños corriendo por el césped, pero así no nos compensa.

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