Taúlla

Descubrí este restaurante en Espinardo, y me sorprendió algunos de sus platos, como nota menos positiva es que en algunos de los platos de entrantes (pedimos el menú degustacion Molino), creo que deberían estar más calientes. Pero vale la pena visitarlo.

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Espectacular comida la que hemos disfrutado. Mi pareja está embarazada y la atención con ella ha sido un lujo, todas las comidas se las han adaptado para que pudiera disfrutar de cada una de ellas. Cuidan mucho cada detalle haciendo que todos los platos sean únicos. Recomendaría todos los platos, pero en especial la paletilla de cabrito y la alcachofa. Un 10. 😊

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Muy buen lugar para disfrutar de productos de la region con un poqueto de innovacion. Nosotros pedimos el menu largo con bebida a la carta... Toda la cena sigue el hilo conductor con el pescado. Hubo platos que me gustaron y sorprendieron mucho como el ajoblanco de pistacho o la interpretacion del ramen o el mujol con distintos sazonados Casi todos sus platos tienen punch que te mantiene el paladar contento. Personalmente algun plato habria que darle alguna otra vuelta de presentacion o preparacion con el tartar de tomates que era muy diferente segun lo que pescaras con la cuchara... Pero el general una experiencia casi de 10 Tambien destacar el postre con aguacate o el turron de maiz tostado. Cosas que me faltaron, que nos explicaran un poco la historia del lugar ya que habia maquinaria antigua tipo molinos (sobretodo para los que no somos de la zona), o regualar la temperatura del lugar ya que termine la noche helada... Aun asi muy contenta con la esperiencia y ojala sigan evalucionando

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Matrícula de honor a nivel gastronómico y para el personal de Taúlla!!! Degustamos el menú Molino q se compone de 3 snaks, 6 primeros, 2 segundos y 3 postres. Todos cocinados con productos murcianos. Nos impresionó el show cooking y la explicación de los ingredientes y la sofisticada elaboración de cada plato. Sabores únicos. El sitio es una antigua fábrica de pimentón. La decoración muy acogedora. Destacar el trato personal, desde el chef, jefe de sala y resto de personal. No les falta una sonrisa. Se nota q les gusta su trabajo y disfrutan con él. Al finalizar nos enseñaron las salas que tienen para eventos y son un verdadero museo del pimentón. Sin duda, un lugar a recomendar y volver siempre. Enhorabuena !!

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De esos restaurantes que alimentan el estómago pero también el alma. Con máximo cuidado por los detalles para conseguir una experiencia que ha valido la pena venir desde Barcelona para disfrutarlo. La comida es exquisita, el servicio perfecto, el precio muy ajustado. ¿Se puede pedir más? Imposible. No os lo perdáis.

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