Taberna de Miguel

Llegué junto a mi mujer a las 15:00, con clientes en el interior y en la terraza exterior, nos sentamos en una mesa libre que había en la terraza, esperamos a ser atendidos unos 1015 minutos (que no es poco), viendo que no salía nadie a atender, yo mismo entré y me dirigí al señor que había tras la barra, saludé y le pedí dos cervezas, indicándole que nos encontrábamos en una de las mesas de la terraza, este apenas me miró, me escuchó perfectamente porque no había jaleo ninguno en el interior, pero fue como si me ignorase... no obstante, no quise darle importancia y confie en que saliera con las cervezas que le había pedido. Tras volver a esperar durante otros 1015 minutos y ver que nadie salía, nos fuimos. Les puedo asegurar que en mis 31 años que tengo y que soy de Bailén, habré ido a esta taberna unas 2 veces siendo más joven, quiero decir que no es un lugar al que yo haya ido cuando salgo a tapear o comer, esta fue la tercera vez tras muchos años y no pisaré aquello jamás, una vergüenza absolutamente todo. Si vienen a Bailén, no les voy a aconsejar venir a este lugar.

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Buen restaurante en Bailén (para mi sorpresa). Amable atención por parte del propietario. Las croquetas de gambas al ajillo buenísimas. Las de carabineros, buenas. Los segundos también muy bien, tales como la paletilla y la pierna de cabrito, las mollejas con setas. Las alcachofas con foie riquísimas. El rabo de toro también muy bueno. Si pasas por Bailen es un sitio muy recomendable. En cuanto a los precios, publico la factura para que cada cual saque sus conclusiones, ya que lo que para unos es un trapo, para otros es una bandera. Buen restaurante.

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Maravilla de cocina! Las tapas de migas y gambas al ajillo espectaculares, así como todo lo que hemos pedido para comer. No os perdáis las croquetas de carabineros y las vieiras gratinas; de postre el flan de queso no te puede faltar.

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Comida muy agradable. Comimos paté de perdiz, gambas cristal y solomillo relleno. De postre flan de queso. En general todo muy bien y buen servicio, aunque algo caro. La carta representa los precios sin IVA.

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Una auténtica maravilla y una experiencia fantástica. Si pasáis por Bailén o los alrededores, este restaurante es una parada obligada. Un lugar acogedor, decorado con gusto, pero sin estridencias. La capacidad del salón no es excesiva, lo que favorece un ambiente tranquilo y agradable. Desde el primer momento Miguel, aunque sea la primera vez que vas a su local, como fue nuestro caso, te trata como si fueras de la familia. En pocos restaurantes he encontrado un agrado en el trato tan grande. Y además se percibe que no es para nada forzado, le sale de manera espontánea. Los platos son extraordinarios: calidad elevadísima y cantidad adecuada. El precio es adecuado a lo que te ofrecen: relación calidad precio perfecta. En definitiva, un restaurante super recomendable.

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