Rewild at Nurture

Qué gran lugar orgánico y saludable para comer. La camarera fue muy amable y servicial, y aunque el menú es pequeño, ¡ha sido bien pensado y completo! Un poco caro, pero muy bueno. Tuve la hamburguesa de bisonte y mi esposa las coles de Bruselas y fueron excepcionales. A mi esposa le encantaron las manzanas recogidas en las coles de Bruselas.

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El secreto mejor guardado de Denver. Este lugar es un paraíso hipster. Todo el menú es vegetarianocelíacoapto para alérgicos, de origen local, orgánico. Los cócteles fueron mezclados por expertos y creativos en concepto. La comida fue impecable: capas de sabores vibrantes, bien cocinada, bellamente presentada. El restaurante es elegante y cómodo y el servicio es amable y rápido. Nuestro grupo de 4 comenzó con la ensalada de burrata y las batatas fritas como aperitivo, seguido de las costillas de bisonte, la calabaza rellena y el salmón. Todos estaban deliciosos y en porciones generosas. El único inconveniente fue que estábamos demasiado llenos para las deliciosas opciones de postres. Ve ahora, antes de que los demás lo descubran.

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El chef Juan y el resto del personal de Rewild crean una experiencia gastronómica increíble. El ambiente del restaurante, la decoración y todo, es precioso. Para empezar, hay una maravillosa variedad de sabrosos cócteles que son bastante únicos. La comida en sí es absolutamente deliciosa. El chef combina creativamente diferentes alimentos para que cada bocado sea sabroso y las porciones sean perfectas. No puedo terminar esto sin mencionar el delicioso postre con el que terminamos nuestra noche. ¡Definitivamente ve aquí si tienes la oportunidad!

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Fantástica comida. Pedí las coles de Bruselas, la ensalada César y la calabaza y fue increíble. ¡Seguido con un delicioso trozo de pastel de queso con calabaza! ¡Todas las excelentes opciones veganas!

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Mi amigo me llevó aquí para mi cumpleaños porque me encanta su cafetería hermana, Nest. Estábamos impresionados por todo lo que teníamos. Sinceramente, tuve las mejores zanahorias que he probado en mi vida. Compartimos platos pequeños, así como nuestros platos principales (pollo que estaba increíblemente húmedo y sabroso y costillas cortas increíbles con el risotto más cremoso) para que pudiéramos disfrutar tanto como fuera posible. Teníamos deliciosos cócteles sin alcohol que eran lo suficientemente complejos como para no perder el alcohol en lo más mínimo. El ambiente era lo suficientemente tranquilo como para que pudiéramos tener una conversación fácilmente, pero no tanto como para sentir que alguien podía escucharnos. Ah, y el postre fue la primera vez en años que comí una tarta de queso (sin lácteos ni gluten) y era tan ligero que no me abrumó en absoluto.

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