Restaurante Nicos

Por dónde empezar...hace décadas comenzó siendo un restaurante de barrio, creado por María Elena Lugo quien, por cierto, no se considera chef, sino cocinera. Con el tiempo, este lugar creó buena fama y terminó convirtiéndose en uno de los favoritos de la zona Norte de la Ciudad... El tema es que hoy se presenta como uno de los mejores restaurantes de México, y hasta presume estar en la lista de los mejores 50 de Latinoamérica...y para estos títulos, la verdad, se queda muy corto. La propuesta gastronómica de Nicos es versátil: cuenta con platos de varios lugares de la República. Esto lo hace muy atractivo. He tenido la oportunidad de probar platos excelentes (contados), otros bien a secas (la mayoría), y otros bastante, bastante flojos. Todas estas son creaciones de Gerardo Vázquez Lugo, hijo de la fundadora. Sin embargo, la verdad que ir a comer a Nicos es como estar en El Cardenal, con una carta de gastronomía mexicana más versátil; no sobresale mucho más. Si hoy se compara el restaurante de Vázquez Lugo con los de otros de sus colegas como Jorge Vallejo, Mikel Alonso, Elena Reygadas o Rodrigo Estrada, Nicos se queda súper rezagado. Explico por qué. La materia prima es de buena calidad, pero nunca excelente. La presentación es buena, pero nunca sorprende. Sus postres son malos, sus tragos sin originalidad. Hay errores garrafales, van unos cuantos… El café, amargo, sabe a quemado. No saben hacer pastas, las cocinan todas apelmasadas, como engrudo. El servicio de meseros es muy malo. No es que el personal no ponga lo mejor de sí, es que se nota a leguas que no cuentan con la capacitación profesional para ofrecer un servicio de un restaurante que pretende ser de gama media-alta. Es evidente que hay meseros que llevan muchos años trabajando, este no es el problema, el tema es que Vázquez Lugo no invierte en la profesionalización de su personal. No se ve que le interese. Vázquez Lugo, de manera frecuente, está comiendo en el restaurante por las tardes, junto con su madre, como un comensal más; sin estar al pendiente de su personal de servicio, sin entrar en contacto con el cliente, sin pedir opiniones sobre sus platos, etc. Bien dice un dicho, “crea fama y échate a dormir”. Un restaurante como Zéfiro, del Claustro de Sor Juana, ofrece un servicio 100 veces mejor que el que ofrece Nicos…y se trata de alumnos que aún no están graduados. Ya ni que hablar del servicio que ofrecen restaurantes como Rosetta, frente a este Nicos es un cero a la izquierda. Total, que no hay cómo considerar a este lugar como entre los mejores de la Ciudad, menos del Continente. Su carta de alimentos, hecha de papel, parece elaborada por un estudiante de secundaria, sin diseño profesional, sin buen gusto. Ya ni que hablar de sus instalaciones. El lugar nunca ha sido bonito. Pasaron años para una remodelación y, aunque los recursos económicos no les hacen falta, ahora que la hicieron, no luce. Otra vez, no hay buen gusto, pasaron a pintar el local nada más y colocar dos enormes leopardos artesanales, sin tomar en cuenta su proporción, el tamaño del lugar. Su “nueva terraza”, más gris no pudo ser. En suma, tomando en cuenta lo que fue en su inicio, un restaurante de barrio, no hay dudas de que Nicos dio un gran salto pero, la verdad sea dicha, no hay cómo considerarlo uno de los grandes.

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Muy buen servicio y la comida excelente

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Me decepcionó. Tardó mucho la comida y fria.

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Hace tiempo que no iba, pero sigue igual de sabroso todo... Exquisito!..

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La verdad fui por los chiles en nogada y están muy buenos. La atención es muy buena y rápida. Ojo, no vayas si es fin de semana y no tienes reservación, hay mucha espera. Tampoco esperes mucho del lugar en si. Es un rectángulo con mesas. Se va a comer y la comida es muy buena.

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Es muy rica la comida, todo muy gourmet, la sopa de tortilla es muy pequeña y te obliga a pedir un platillo más, los precios son elevados, la atención es muy buena pero no te sirven por la izquierda ni retiran por la, derecha, eso forma parte de un menú tan caro, había una botella de plástico en el suelo, se los comenté pero allí la dejaron fuimos 2 personas y costó 1600 con propina incluida, le di 4 estrellas porque e l ventilador estaba muy fuerte, me provocó alergia y entraba todo el humo de las fumadores de la calle porque deben de tener las ventanas abiertas, solo quería irme. No tomen las mesas con el ventilador cerca ni que den a ala, calle

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La comida bastante cara y demasiado normal. Buena a secas sin ser espectacular. Buena variedad en la carta, poca en los postres. El famoso chile en nogada está en $550 el puro plato fuerte, y quizá es gusto personal, pero la verdad quede 0 impresionado. No lo volvería a pedir. Atención buena, cumplen las normas sanitarias. Es pequeño por lo que es recomendable reservar.

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Más fama que sabor. El guacamole mas como pico de gallo con aguacate. El chile en nogada regular con un relleno con frutas sobre cocidas que no resalta mucho ningún sabor. La nogada muy escueta al paladar. Dista mucho de lo que prometen las reseñas.

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Bastante aburridas las instalaciones. Y realmente solemos acudir por los chiles en nogada y un buen vino. En definitiva el año pasado al pedir para llevar dejo mucho que desear. Esperamos con ansia sea mejor este año.

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