Restaurante MarSalada

Tarde lluviosa, solo una camarera para barra, sala y terraza. Su atención muy buena a pesar de estar sola.

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Un sitio de 10! Producto fresco, precios acorde a la calidad! Como aclaración para otros comentarios, los calamares no están quemados como alguno dice, si no que las rabas llevan la propia tinta del calamar fresco, de verdad que es un sitio brutal!

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Uno de los mejores sitios para comer en LArena. Excelente comida casera, elaborada con esmero y buena matetia prima a un previo razonable. Parece que evita el uso de potenciadores de sabor, de los que a veces se abusa en otros establecimientos de la zona. El calamar de potera en su tinta y el rollo de bonito, por ejemplo, son de los mejores de la zona (si no el mejor). El local es coqueto y agradable aunque pequeño y a veces un poco caluroso, y la gestión y trato al cliente, muy buenos. Se nota el buen hacer de una gestión femenina bien llevada y muy profesional.

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Cachopo de cecina y cabrales increíble, jugoso y sabroso. Gamas al ajillo (18€) y almejas a la marinera (22€) muy ricas pero un precio excesivo para la cantidad que viene. Literal, más de 1€ cada almeja.

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Comida perfectamente elaborada y buen producto local, especialmente los pescados ( la merluza espectacular ). Se puede comer en terraza o en el comedor( es muy tranquilo y agradable pero no tiene vistas ) así que si hace bueno, la terraza es ideal. Las camareras atentas y sonrientes 👍🏼👍🏼

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La comida sensacional, la experiencia un poco menos. Se trata de un local moderno y bien decorado con motivos marinos situado frente a la ría. En la reserva pedimos terraza y fue un error; carece de cierre que de algo de intimidad y las mesas y sillas no son cómodas para una comida. Tienen un comedor interior mucho mejor, háganme caso. El servicio bien por parte de una camarera y sorprendente por parte de un camarero que, tras año y medio de pandemia, no sabe que la mascarilla es para llevarla subida y no por debajo de la boca, lamentable. La comida sobresaliente. En cocina tienen una artista de la plancha. Unas zamburiñas espectaculares de punto y sabor. Una ventrisca de bonito maravillosa y un rollo de bonito superior, un bonito encebollado muy muy bueno. Los postres parecían más básicos aunque unos helados artesanos que comimos también estaban muy bien. Lo singular del lugar es la organización. Sólo atienden unas pocas mesas por hora, pensamos que por limitación de cocina. Parece una buena idea para dar el mejor servicio posible pero falla cuando en la comanda te sugieren añadir más posteriormente si hace falta y, cuando añades un plato, nos explican que tu comanda pasa al último lugar y tienes que esperar media hora. Nos avisaron de esto por lo que es una tardanza aceptada pero una organización singular. Otro punto a mejorar es que tienen demasiados platos fuera de carta, te transmite que es producto fresco del día y por eso la variedad pero, sien

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