RESTAURANTE FUENTEBLANCA

Buena gente

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Señor Daniel Miguel Fernández con todos mis respetos como administrador de Fuenteblanca, le voy a pedir que no falte a la verdad. Porque el que falta a la verdad miente y es lo que usted está haciendo. A usted no se le negó ningún tipo de servicio porque no se le dio, usted no consumió nada y debería de saber que según el estado actual de la hostelería en Castilla y León yo no le puedo dejar entrar en el local, por lo cual quéjese de la falta de atención que nosotros le podamos brindar pero cuando usted consuma. Las demás quejas a la Administración. Perdón y muchas gracias.

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Uno de los mejores restaurantes de León en cuanto a trato del personal y calidad de los productos.

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Después del COVID he venido a este establecimiento un par de veces y he de decir que está perfectamente limpio y desinfectado y cumple con todos los protocolos. Añadir que la oferta de menú es corta (solo 3 primeros y 3 segundos) pero la calidad es de carta.Volveré siempre que pase por el polígono.

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Pongo una estrella porque no puedo poner menos. Fuí a desayunar allí. Soy transportista y en ningún establecimiento de toda la península he recibido un trato tan desagradable, y llevo 15 años en carretera. Tras desayunar pedí la cuenta y saqué la tarjeta de crédito. Por motivos fiscales tengo que hacerlo así. La camarera me dijo, con actitud un poco chulesca: ¿No tendrás pensado pagar con tarjeta? A lo que le respondí: sí, si me cobras. La camarera me dijo que era para importe mínimo de 10 euros. Yo le dije, de acuerdo... Hágame por favor una factura. A lo que ella respondió: no puedo. Reclamé de nuevo una factura. Entonces se acercó el dueño o empleado, no sé si era uno o lo otro, un prepotente y el trato muy chulesco y me dijo que aquella era su casa, no la mía y me sugirió que me fuera. Con esa actitud señor, se quedará sólo en su casa. El forastero es el que le da de comer. Después de esto me tiró el tiquet encima de la barra, en el que ponía algo diferente a lo que yo consumí, y me dijo: pones ahí tus datos y a final de mes te envío la factura. Le pedí si me dejaba el bolígrafo y otra vez con una actitud muy chulesca me dijo: no es mi problema si no tienes bolígrafo. Y añadió: ¿quieres una hoja de reclamaciones? Porque si la quieres, te vas fuera a cubrirla. Minutos antes de todo esto, cuando yo entré en el establecimiento, observé una actitud parecida hacia una clienta que pidió un descafeinado. Recuerde señor, un consejo que l

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