Restaurante Andra Mari Galdakao

Luces y sombras, con muchas más sombras que luces. Hemos estado en 2 ocasiones, la primera en primavera de este año, y la segunda en verano, ambas con el menú Smartbox. Paso a detallar nuestra experiencia: Sistema de reservas y resolución de dudas: tienen habilitado los mensajes en Google, pero por alguna extraña razón, el servicio lo tienen externalizado, y la comunicación no es directa con el restaurante. Para ciertas preguntas, directamente te dicen que llames al número del restaurante... A la hora de reservar, no da la opción de Smartbox, con lo que puede resultar confuso. Al igual que en la mayoría de restaurantes con estrella, a la hora de hacer la reserva, incluyen un apartado de peticiones. Nuestra primera visita fue para un cumpleaños, con lo que solicité que pusieran una vela en uno de los postres. No hubo vela, ni ningún comentario al respecto. Si este apartado no lo revisa nadie, lo mejor es que no esté habilitado... Comida: el primero de los menús en Abril, fue bastante bueno, con platos elaborados muy bien ejecutados, y con un nivel acorde a lo que se esperaría de un restaurante así. La propuesta en la segunda visita, fue mucho más simple, escasa, con pocas ganas y con muy poca magia. Lo único destacable en esta segunda visita, fue el arroz, sobre el cual hablaré más adelante... Servicio: no acorde a un restaurante de este nivel, y, en ocasiones, muy poco profesional. Es nuestra segunda visita, la persona que nos atendía nos rozó varias veces mientras traía y se llevaba los platos. Trato por lo general muy poco memorable. Limpieza: sorprendentemente, en ambas visitas, vasos, cubiertos y platos sucios. Entiendo que es algo que puede pasar 1 vez, un descuido lo tiene cualquiera, pero fue algo constante. En la segunda visita, incluso el mantel tenía manchas negras. También pudimos oír que uno de los vasos de la mesa de al lado estaba roto... ¿Acaso nadie revisa estas cosas? Para rematar todo esto, en la segunda visita, nos quisieron cobrar por repetir el plato de arroz (mini plato), así como 4€ por agua del grifo. No habría ningún problema, de no ser porque en la primera visita también repetimos un plato (puerros), también tomamos agua (del grifo), y no nos cobraron nada... Cabe destacar, que en ambas ocasiones, preguntamos si sería posible repetir algún plato, a lo que nos respondieron que sin ningún problema. Desastroso e indignante. En resumen, una gran decepción. Se respira y se percibe una gran dejadez en este establecimiento. A día de hoy, puedo asegurar que este restaurante no merece ni el precio, ni la estrella Michelín que tiene.

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Servicio esmerado, atento, especial. Comida buenísima que aúna tradición y modernidad. Para mí cada experiencia allí es memorable. Enhorabuena

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Servicio impecable, la comida exquisita y el lugar de ensueño. Los dos hemos disfrutado mucho. Totalmente recomendable. A 15 min en coche de Bilbao.

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Un escándalo Sitio precioso, trato exquisito y comida esquisita Muy aconsejable, volveré

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Espectacular localización rodeado de naturaleza, con un servicio muy atento y amable. Una carta y menús con un precio muy ajustado para disfrutar de una comida muy buena y gran cantidad.

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Bueno, bonito y barato. El menú Elexalde 55€ es delicioso y nos atendieron con mucha amabilidad. Por poner una pega, deberían variar la música de fondo.

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Lo primero destacar el sitio , un lugar precioso donde antes de entrar ya empiezas a notar que algo especial se va a venir y en efecto, el trato por el personal es excelente, cuidadosos con cada detalle para que no te falte de nada. Y ahora entramos a lo no menos importante que es la comida, nosotros elegimos el menú Andra Mari que constaba de 8 platos, cada cual mejor que el anterior y en mi caso destacar las mollejas.. una delicia en el paladar, en definitiva una experiencia única que no dudaremos en repetir cuando se de la ocasión. Un placer.

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El lugar es atractivo, el servicio muy bueno y la comida está muy rica, pero lo llamativo son las cantidades. Pedimos platos para compartir de la carta y parecían del menú degustación, en el que se entiende que las raciones son menores. Tomamos un lenguado en el que literalmente pusieron dos trozos a cada uno y parecía una auténtica broma. Lo mismo nos ocurrió con el resto de platos. Vamos que nos quedamos con hambre. Creo que por el precio y la calidad que se espera, deberían mejorar en este aspecto

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Comida de trabajo con unos amigos. Tanto el servicio, la carta, como la calidad, excelentes a nuestro criterio. Una relación precio-calidad-servicio, magnífica. Absolutamente recomendable.

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