Pícaro Tapas y Copas

Una bonita terraza en un bonito sitio histórico. En un día de verano, con un calor insoportable el espacio de la terraza es un lugar cómodo y fresco. En cuanto a la atención fue excelente, una camarera muy profesional, simpática y a la altura de todo. En cuanto a la comida: - El provolone con miel riquísimo y diferente - La tempura de berenjena deliciosa, crujiente y la salsa deliciosa - Las migas... normal, nada destacable - Los huevos rotos bien, aunque el punto de cocción del huevo estaba pasado, la yema de un huevo roto no puede cuajar en la cocción. - Las hamburguesas bien, pero la bola de carne es demasiado gruesa y queda completamente cruda en el centro, si fuese un entrecot se entiende y se agradece - El chuletón muy mal cocido en una plancha o fuego bajo, dejando la carne entre cruda y hervida. El punto de cocción de una pieza así debe ser sagrada, crujiente por fuera, tierna por dentro, pero tampoco era posible porque la carne era demasiado dura. Para los 34€ que cuesta, es un disparate la poca calidad de la carne y la cocción. - Los raviolis incomibles, baratos, con relleno barato y una salsa desabrida, sosa, plana, realmente malos. No es barato para la calidad que ofrecen. Tal vez su especialidad seguramente son las tapas, que son lo más sencillo y dónde no hubo fallos, pero de los platos de carta, no puedo decir lo mismo, caros y malos, muy mejorables.

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El servicio bueno y educado. El local esta muy bien decorado y es tranquilo. La hamburguesa de precio elevado y la verdad es que la carne estaba un poco seca. Las berenjenas rebozadas muy buenas. El niño pidió huevos revueltos que los disfrutó.

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Un bar interesante, con buena selección de conservas. Pedimos un vino muy rico y una lata de mejillones en escabeche. Esta situado justo encima de las casas colgadas. El ambiente es agradable, con música suave y relajante. La atención es buena.

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Un lugar muy recomendable. Buen trato y la comida está bastante bien. Curiosamente, lo “peor” fue el surtido de productos conquenses: el morteruelo lo hemos comido mejor muchas veces, el ajoarriero estaba algo simplón, y el pisto también flojito. Por otra parte, las cazuelitas del surtido son bastante pequeñas. El tartar de atún muy rico y de muy buena calidad; y el pulpo a la plancha, lo mejor, espectacular: muy bien hecho y una pata muy hermosa. En conjunto una buena experiencia. El local es muy agradable.

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Hamburguesas muy buenas. Personal amable y servicial. Hay menú del día por 18 euros. En fin de semana es mejor reservar porque siempre está lleno.

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