Milagros Restaurante

Servicio bastante deficiente con una comida buena a un precio poco acorde. El servicio: muy muy lento. Estuvimos 1 hora esperando entre unos nachos que nos trajeron bastante rápido y el siguiente plato. El cocinero se atascó con los sushis y provocando una demora eterna entre platos. A pesar de eso los camareros tampoco ayudaban mucho a solventar dicha demora, más bien pasaban un poco de los comensales hasta el punto de que al final de la cena, estando solas, tuvimos que levantarnos para pedir que nos trajeran la cuenta. Es cierto que nos invitaron a un sushi por la espera (aunque el camarero, al traerlo, poco acertado por su parte comentó que nos regalaban porque les sobraba), pero no compensó, aún así, la espera entre platos. Finalmente tardamos 2 horas y media en cenar (y no por la abundancia de los platos precisamente). La comida: bastante rica pero no espectacular. Destacable el sushi de anguila y foie y la entraña, con muy buen sabor. Los nachos ricos también. El resto de sushis (cangrejo, y arroz negro) bien pero sin más; los nigiris buenos pero ridículamente pequeños a 4€ cada uno... Los postres bien sin más. El precio: muy caro para lo que es. Bastante calidad en la comida pero platos muy muy pequeños que no merecían ese precio. Nos dejamos 30 euros por cabeza pidiendo unos nigiris, nachos, dos sushis, una entraña y un par de postres (de bebida agua). No salimos llenas. El espacio agradable. En resumen: un día malo en el servicio lo tiene cu

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Nos ha gustado mucho en general. El cebiche, si sois unos amantes de este plato, no lo pidáis... Para mi gusto demasiada cebolla... Han querido dar un toque diferente, pero no llega a sorprender... La cebolla se come el sabor de lo demás... Cantidades correctas y muy buena calidad! Sorprende su decoración. Recomendable 100!!

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Un placer venir a comer a este restaurante, y no dudamos que volveremos en un futuro! Comida riquísima y que sorprende, la atención muy agradable. Merece esperar el tiempo entre plato y plato y pagar su precio. La única pega, si es que hay que poner alguna, sería el volumen de la música. Repetiremos!

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Hemos ido a comer a este restaurante en varias ocasiones y siempre es un acierto. La decoración bastante ecléctica pero elegante y tiene una terraza con jardín muy agradable cuando hace bueno. Fuimos recientemente 3 personas un sábado mediodía a comer y pedimos del menú, que se mantiene prácticamente igual que los años anteriores. Pedimos para compartir los nachos stardust con guacamole y salsa de queso, las quesadillas sincronizadas vegetales, las empanaditas y unas rabas de tinta de calamar. De principal pedimos los tallarines de Begihaundi, el taco de pescado y en ensalada de verduras asadas. Todo riquísimo y con una presentación excelente. Lo único, las raciones son algo escuetas y los platos son caros. De postre pedimos volcán de chocolate, torrija empapada en coco y unos mochis que lamentablemente estaban congelados y fueron difíciles de comer. El volcán con dulce de leche y la torrija espectaculares.

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Comida fusión y muy buena. Me cuesta probar algunas cosas, pero todo lo que he comido allí me ha gustado mucho. El único pero, es que al pedir chuleta la piedra que nos trajeron se enfriaba enseguida y dura muy poco, así que tuvimos que pedir que nos trajeran otra varias veces.

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