Lantana

Siento decirlo …Lamentable ! Pedimos jamón ,gambas ,tortillitas de camarones ,almejas , y arroz a la marinera para 5 personas (niños aparte,ración de presa y espaguetti con tomate) ademas bebidas y postre. Empezó mal la cosa … No había gambas , ni nada de marisco …la excusa era que acababa de terminar la feria , “vale , pues traigamos un foi de pato “. El foi estaba rancio, pero rancio ,incomible y tuvimos que devolverlo. Solo había tortillitas “negras “con tinta de calamar … bueno , pero nada que ver con las tradicionales. En la ración de almejas había 10 almejas (2 para cada uno -25e) pedimos más ,nos dijeron que lo sentían ,ya no quedaban… El postre …nos ofrecieron unas natillas estupendas , que decidimos probar pero lo que trajeron fue arroz con leche (que no habíamos pedido) Solo se salvó el arroz a la marinera,que si estaba en su punto y la camarera que nos atendió ,que la pobre hizo lo que pudo ….Eso si , nos cobraron 220 euros . Personalmente , y aunque vivo a un paso, no creo que vuelva ni lo recomiende, pero quizá sirva esta reflexión. A veces, los establecimientos creen que con el “nombre” ya esta todo hecho ! pero o cuidan a sus clientes , las formas, la calidad de los productos, el trato (que fácil hubiese sido , tenemos poco de esto pero puedo ofreceros tal o cual…) o se irán a pique . Espero que no suceda lo mismo con el Esturión.

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En pocas palabras 5 estrellas...espero volver de día para comer con vistas al río..

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He ido por primera vez. Es un sitio que está de moda en Coria. Me lo han vendido muy bien, pero a mi juicio, está sobrevalorado. Hemos ido 3 personas y el gasto ha sido 116€. La calidad es buena, pero no lo vale. Os pasaré las fotos de la comida y juzgar vosotros. El baño de caballeros algo deteriorado. El dosificador de papel para secarte las manos estaba roto y no había, en sustitución, había un rollo de papel de higiénico para secarte. En definitiva, se pasan un 20%. Me gustó lo mucho que cuidan si hay entre los comensales alguna particularidad (intolerancia lactosa, frutos secos, celiaco..etc) El servicio me ha gustado mucho. Muy atentosas. Como experiencia me vale, ahora ya, lo de volver será otro cantar.

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Es más un bar que un restaurante. Aunque los precios son de restaurante. Mesas sin mantel , en albero. La comida es correcta sin ir más allá. Muy poca presentación para los platos . Se advierte en la carta que no sirven tapas en finde semana. Nosotros pedimos medias raciones según se veía en carta , ningún camarero nos hace referencia al tomarnos nota, que no hay medias raciones tampoco . Al llegar la cuenta advertimos que nos cobran raciones enteras. ( Si se nos advierte que no había medias raciones hubiéramos optado a pedir otro tipo de comida ). El servicio empezó rápido pero se atasco y tanto bebidas como platos empezaron a tardar muchísimo, incluso la última media ración la anulamos después de más de 40 minutos esperando. Para la calidad cantidad de las supuestas raciones que nos sirvieron. El precio es bastante caro.

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La comida es de mucha calidad, el servicio bien aunque están muy repartidos en las tareas y si hay mucha gente es un poco lento. Precio medioalto. Lo que estaba más bueno fue la pluma ibérica y el pescadito frito.

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Yo recomiendo este lugar 100%z No había mesa cuando llegamos, y rápidamente dijimos que solo éramos dos y nos buscaron un hueco muy pronto. Una maravilla, un sitio para disfrutarlo. La comida buenísima todo, unos platos muy bueno, cantidad buena y calidad igual. Precio calidad, son medianamente bueno. Los empleados super atentos y ofreciendo lo mejor que tienen.

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Fuimos en familia con reserva. No conocíamos el lugar, aparentemente un bar-restaurante más, eso sí, junto a un parque y justo al lado del río Guadalquivir… Cuando nos llegó la comida nos sorprendió gratamente. Arroz con pato, calamar a la plancha, pescado frito, gambas cocidas…, todo de muy buena calidad. Nos sorprendió la amabilidad de los camareros y la rapidez de la comanda. Tuvimos además la suerte de coincidir en el restaurante y en la misma terraza con Pastora Soler, vecina de Coria. Para rematar el día cruzamos a la otra orilla en la barcaza para volver por Dos Hermanas. Un día simpático. Repetiremos.

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