La Pimpana

Este puente de diciembre fuimos a pasarlo a Asturias y la encargada de la casa donde nos alojamos, nos recomendó este restaurante. Hicimos una reserva para cenar el sábado (importante el tema de reservar ya que es un local pequeño y suele estar lleno). Los platos son los locales de la zona y la comida está espectacular! Nos quedamos con ganas de probar más platos pero éramos dos y no nos daba para más! Recomiendo el sobadiego y la tarta de queso. Sin duda un restaurante típico de la zona muy recomendable si queréis comer comida real asturiana en un buen ambiente, lejos de la típica comida “turística” de un restaurante común.

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Hoy hemos estado comiendo,los niños encantados con la comida y sobretodo con los postres(en especial el brownie). Los mayores nos pusimos a probar todo lo que nos aconsejó Lucía y resultó ser un acierto total.Un acierto para mayores y pequeños la ensaladilla que nos puso de pincho. El pastel de puerros y queso La Peral fabuloso, incluso si no eres amante del puerro,encanta por su textura y sabor.El Samaniego estaba de escándalo.El picadillo con patatas y huevos,nada pesado ni grasiento pero con mucho sabor.Los embutidos y los quesos de gran calidad(y para los amantes de los quesos,tiene un afuegalpito de Grao ahumado que ha sido todo un descubrimiento por mi parte). Los postres ya fue el summum,la tarta de queso y el arroz con leche con sabor a tradición,recordando al de las abuelas totalmente. Decoración cuidada,se nota el cariño con lo que la han realizado,haciendo homenaje a las abuelas en los cuadros,a la tradición asturiana y a la zona. Un descubrimiento,que sin duda volveremos a repetir a no tardar mucho.Gracias Lucía y Jhony por el trato y el buen hacer.Suerte en esta andadura,aunque viendo la cantidad de gente que teníais ya tenéis mucho camino andado.

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Bar tienda, junto el embalse de falmurio, si puedes. Pasa a tomarte una sidra o a comer , está muy bien, la pareja que lo atiende es muy agradable, no faltes

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Fuimos un jueves, eramos ocho personas y todo genial. La comida riquísima, las croquetas de morir, el picadillo buenísimo..... todo. Les deseo lo mejor. Siempre apoyando al comercio local y rural.

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El sábado pasamos por la zona y, al ver este restaurante recién abierto, quisimos parar y conocerlo. Cuando llegamos, estaba todo reservado, pero preguntamos si podíamos comer en la barra, y nos hicieron un huequito. El restaurante lo llevan Lucía y Yoni, dos amigos simpatiquísimos, que hacen que te sientas como en casa. Lucía, además, es un encanto explicando los platos y resolviendo cualquier duda con toda la paciencia del mundo.Probamos 4 platos y un postre, y todo estaba buenisimo, Ah y el pan esta de escándalo! Empezamos con el pastel de puerros con queso La Peral suave, cremoso, aperitivo perfecto. Seguimos con una media ración de croquetas de ibérico, crujientes por fuera y cremosas por dentro. Luego llegó el picadillo con patatas y dos huevos fritos: el picadillo suave y sabroso, y los huevos en su punto perfecto, listos para mojar pan - si no lo haces, no eres de fiar ;) Cuando pensábamos que ya no podíamos más, nos dejamos llevar por la curiosidad y pedimos el brioche con manteca y anchoas. Al principio parece una simple tosta, pero el brioche tostado con su toque dulce, con su textura suave y la manteca, combinado con el sabor salado de las anchoas... espectacular! Se deshace en la boca. Un detalle es que el baño está fuera, y aunque a algunos no les parezca bien, nos pareció genial. Sales, respiras aire fresco, disfrutas del paisaje y hasta te estiras un poco la espalda. En resumen, no tenemos ni una sola queja. Lo pasamos pipa, comimos de lujo

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