Hotel Santa María Briones

Pasamos un fin de semana en el hotel y fue excelente. Rubén y Olimpia en el front desk siempre dispuestos a ayudar y complacer todos nuestros deseos. La habitación cómoda, limpia y con todas las amenidades. El restaurante Allegar nos encantó, cenamos la primera noche y nos gustó tanto que decidimos regresar. La ubicación es conveniente para visitar bodegas ya que quedan bastante cerca. Teníamos nuestro carro así que pudimos visitar Haro y Laguardia.

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Mi comentario se refiere al restaurante Allegar, donde comimos ayer. El espacio es precioso, elegante y luminoso, con vistas al espectacular patio cuya pared es la propia muralla. La acogida es cálida y el personal de sala, todo femenino, derrocha profesionalidad, amabilidad y simpatía. Respecto a la comida, elegimos el menú largo, Allegar. Nuestros recelos iniciales (no somos muy fans de la cocina hipertecnica) se disiparon rápidamente. Nos gustó todo. Sabores reconocibles, incluido algún trampantojo divertido. Una gran experiencia, que finalizó en el patio con el café y los petit fours. Un sitio al que volveremos siempre que podamos, aunque nos pille un poco a trasmano, y donde todo vale mucho más de lo que cuesta. Esperamos que no cambien.

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Una de las casas nobles del s. XVI que se encuentran al callejear por Briones resulta ser el hotel Santa Maria de Briones. En una magnífica rehabilitación de un edificio ruinoso se nos ofrece a los huéspedes un espacio boutique con dieciséis habitaciones amplias de diseño moderno y que presentan todas las comodidades. Emplazado en pleno centro tiene un fácil acceso y cuenta con un pequeño parking. En su interior la piedra, el hierro y la madera juegan en su decoración de una manera que satisface y organiza muy bien los espacios: salones, terrazas, gimnasio, etc. Modernidad en los materiales y respeto a la  tradición ya que conserva un fragmento de la muralla medieval como pared de uno de sus agradables rincones. Se percibe la buena dirección del establecimiento coordinando a un personal  muy amable y profesional que recrea, tanto en la recepción como en el bar o restaurante,  un ambiente de atención eficaz sin encorsetamientos que hacen la estancia relajada y confortable. Un calado, cueva subterránea donde se almacenaban las cubas, ha devenido en una atractiva bodega donde comer o tomar unas tapas en torno a un vaso de vino. A destacar sus croquetas, cremosas y fundentes, y su jamón entre los mejores ibéricos. El restaurante Allegar se suma como opción gastronómica en el hotel con una cocina digna de estrellas, donde impera el buen hacer del Chef Juan Cuesta. Sus menús al mediodía y su carta de noche harán las delicias de los paladares en busca de un m

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Simplemente espectacular!!! Pasamos un fin de semana en La Rioja y tuvimos el acierto de elegir este hotel. Trato inmejorable en un ambiente único… espectacular el hotel. Volveré y lo recomiendo.

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Hotel encantador totalmente recomendable. Me encanta hospedarme en lugares especiales y acogedores, y desde luego esta vez he acertado totalmente. Las habitaciones son cálidas y acogedoras, también los diferentes rincones del hotel y sus estancias comunes. El restaurante merece la pena totalmente, reservamos para comer el día de nuestro check-out y escogimos la opción del menú degustación por 45€pp. Platos buenísimos, y precio totalmente justo. La terracita exterior del hotel iluminaba la sala del restaurante, y aunque no pudimos disfrutar la terraza por el temporal, es un sitio estupendo para tomar un café o una copa. El personal fue 1010, encantadores y serviciales

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