Hotel Restaurante Amenal

Si quieres que te despierten a las 6,30 horas de la mañana con todas las luces encendidas como si fueran la una del mediodía este es el sitio , se pasan...

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Tanto Alejandro cómo Carmen nos hicieron la estancia maravillosa!! Super buena gente y super amables!!!! El desayuno y la cena espectacular, como si estuvieras en casa, y cuando llevas tantos kilómetros se agradece infinito. Además el sitio está en la senda del Camino de Santiago, lugar mágico para continuar. Muchas gracias ☺️

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Hay camareros profesionales, amables, pero Alejandro te hace sentir super bien, se nota además que es una buena persona. Si paran aquí no se van a arrepentir del trato ni de la comida. Además con lo que hicieron por mi hija claro que vuelvo a comer comida maracucha!!! O la de aquí que también está muy rica

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Puse una reseña de la cena muy buena, pero al día siguiente el desayuno penoso, a pesar de tenerlo contratado no nos esperaron, bajamos a las 8 y 15 de la mañana y dijo la camarera que ya pensaba que no íbamos a desayunar, cafetera apagada, nada de bollería, mi hija celíaca se quedó sin desayunar, el pan sin gluten con moho, después de esperar 20 minutos el siguiente pan se le quema, así que pagamos el desayuno para que mi hija se tomase un café y un zumo. Penoso todo. No volveremos, y repito que el día anterior la cena bien.

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El restaurante es una pena. La comida de lo peor del camino. Pollo reseco, merluza con regusto a pasada, pasta con sabor de estar hecha de hace tiempo,... El menú está compuesto de dos primeros y dos segundos. Comida hecha de hace tiempo, expuesta en vitrina y recalentada. Es de esos sitios donde el peregrino se siente como una hucha que hay que explotar. Lo único bueno los camareros, hacen lo que pueden con lo que tienen, y siempre con una sonrisa. El hotel, pues modesto, algo de paso, sin grandes pretensiones.

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Estupendo hotel para descansar después de una dura etapa del camino. Lo mejor el personal, profesional a pesar de su juventud, dinámico y jovial. Ideal para tratar con el peregrino que llega agotado pero que ya siente cerca Santiago. La comida buena, sin pretensiones de alta cocina pero rica y bien presentada. Recomendable 100%

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