Estacion de servicio Restaurante San Vicente del Palacio

Las camareras peor imposible, dan voces para preguntarte qué es lo que vas a pedir, tardan mucho en el servicio, y da la sensación de que te están echando. Pedimos pasta y estaba recalentado de microondas. De segundo filete que no estaba mal y chuleta que estaba viva, ahí quedó casi entera porque para que tarden media hora en volverla a traer y ver la cara que te ponen paso, las patatas fritas han sido las peores que hemos comido en la vida con muchísima diferencia. Y para colmo te dan el postre con prisa y te dicen que el café en la barra porque lo tienen que recoger y eran las 15:45H. Nuestra opinión es que ni de broma volvemos a parar.

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Comimos dos pinchos de tortillas flotando en aceite. La peor tortilla de nuestros 50 años de vida. Dejamos más de 23. Café malísimo. No había 10 cm de barra sin migas o suciedades varias. Para no volver.

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Lugar de parada de toda la vida. Donde todavía hay gente para echarte el combustible y no lo tiene que echar uno que es lo que se estila hoy en día en la mayoría de los sitios para quitar puestos de trabajo. A los chóferes por repostar te dan la comida o para cangear en la tienda y ducha gratis Buena comida y un trato como si fueras de casa, no como si fueras un número. Lo recomiendo 100% por que son encantadores.

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Para empezar la camarera más antipática no puede ser. La comida no es nada del otro mundo. Vamos que mejor habría comido en el camión. Arroz tres delicias frío de nevera, nunca me avía comido un arroz frío pero puede ser. Los filetes parecían arrastrados por la carretera 200km y las papas chicles y sin sabor ambas cosas. Y el postre le pedí lo más normal que son unas natillas. Pues sin galleta y me pone el bote de canela y es lo que hay. Y si te descuidas comes lo que la camarera quiera, la mesa del alado pidió sopa y le puso cocido, el chico le dice que eso no lo pidió y de lo mal que contestó el chico dijo que no le importaba y a mi me puso flan cuando pedí natillas y yo si le hice cambiarlo. En fin. Los que puntuaron bien este restaurante me alegro pero para mi fatal y sin luz que no podían servir café por no tener luz.

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Muy grata sorpresa este restaurante de comida casera: tanto los platos como los postres. A pesar de que Google nos decía que estaba cerrado fuimos y estaba abierto, tanto la gasolinera como el bar, y el restaurante!!. Menú diario casero variado y muy rico. Apenas hay que desviarse de la autovía, aunque está algo apartado (menos de 1 Km!!) y por eso estaba vacío. El otro de Repsol en el km135 estaba atiborrado de gente, y se come bastante peor. Es lo que tiene no estar a pie de autovía, que la gente ni lo ve. Un grato descubrimiento este restaurante-estación de servicio, dónde además la gasolinera está atendida por un señor muy amable, así que ni siquiera hay que echar gasolina uno mismo. No se puede pedir más!! Muchas gracias por el trato y la comida casera, así da gusto!

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