El Secreto de San Clemente

Tomamos unas cañas en la barra y nos pusieron unas buenas tapas Pedimos menú y los platos inmejorables calidad precio muy bien

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Sitio muy acogedor y súper bonito, recibimos un trato excelente por parte de Sonia sobre todo, la comida muy rica aunque le falto un poquito de temperatura, por lo demás salimos encantados. ¡Súper recomendable!

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Al ser la típica calle de terrazas en el centro de una ciudad, puedes pensar que se trata de un restaurante que dan comida de batalla para sablear al turista, pero nada que ver. Es un sitio con comida bastante buena, abundante, carta variada y un servicio muy bueno, camarero muy pendiente y muy amable. Relación calidad-precio buena.

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Esta noche he cenado con mi pareja y todo de 10!! La comida estaba súper elaborada, de calidad no podía ser mejor y de cantidad bastante bien. El canelón de morcilla ha sido el plato que más me ha gustado; la morcilla no es la típica de Burgos que solo sabe a arroz, es metértela en la boca y que se derrita. El bacalao y el foie estaba en su punto, la piel del bacalao se quitaba solita. Los postres estaban buenos, tampoco es que sean una cosa del otro mundo pero para la próxima me pediré el ponche cremoso porque me he quedado con la curiosidad, eso sí, los postres venían muy bien acompañados con su bola de helado y su canutillo, que en pocos sitios te lo ponen así. Hablando del tema tabú del precio, para mí es muy acorde con lo ofrecido. Sales por unos 3035€ por persona, pero lo vale. También tienen hamburguesas que según la carta tienen buena pinta y no valen más dinero que en cualquier otro restaurante de cadena de comida rápida. Osea, que tienes de todo. La decoración del local (el comedor de abajo) es muy acertada, no es una decoración rústica ni la típica castellana. Punto a favor es que puedes ver parte de la cocina a través de una cristalera y ahí se ve que está bastante limpia y la campana que es lo que mayormente se ve no tiene ni gota de grasa. El trato del camarero ha sido excelente, nos ha atendido un chaval joven, muy muy educado. No ha habido ni una sola vez que al retirarse te dijese gracias o que aproveche. También nos han hecho unos detalles que son muy de agradecer. En resumen, de esta cena, lo que más subrayo es el trato del camarero, la calidad de la comida y su elaboración.

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Ayer tuvimos la suerte de probar el delicioso cochinillo de éste establecido, sitios como este si que contribuye al prestigio de la elaboración de este manjar, estaba para chuparse los dedos tiernísimo espléndida recion (¼), una espectacular terraza que en días soleados como ayer es como estar en el paraíso con vistas a un extremo de la calle al impresionante Acueducto. Lo recomiendo seguro que no se arrepentirán.

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Cena en familia, trato excelente y muy atentos, sin prisas, comida buena presentación y también rica, raciones buenas. El vino de la casa de Navarra está bien. El pequeño pero que algún plato estaba con los cantos rotos. Si se quiere cenar en terraza hay que reservar con un par de días. El precio normal.

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Acabamos de cenar aquí, pasamos por casualidad y nos gustó mucho el ambiente. Afuera no había sitio en la terraza, nos dijeron que había en el comedor. Nos encantó el sitio y la decoración. La cena espectacular, todo riquísimo y lo mejor el trato y la atención del camarero que se llama Alfonso, un profesional de 10. Sin duda repetiremos y lo aconsejo a todos los que vengáis a Segovia,

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Hace tiempo que no iba. El jueves celebramos el cumpleaños de mi madre aquí... Y qué pésima elección. Unas verduras a la plancha que se deshacían por sobrecocción (y en las que solo había pimiento, calabacín, calabaza y mucho jamón de baja calidad), un pulpo a la brasa para tirar, una dorada que no se podía comer... Y de postre el peor ponche segoviano de mi vida. Ni la ubicación pudo subsanar la deficiente calidad. La hostelería segoviana, en caída libre

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Pésima atención, para empezar preguntamos si nos podemos sentar en una mesa, no nos contestan hasta que finalmente nos dicen desganadamente que si, y cuando pedimos dos tostadas con tomate, nos trae un plato con dichas tostadas y otro con tostadas con jamón, cuando no pedimos eso en ningún momento y más siendo vegetariana.. Además pedimos un café con leche de soja (la cual no tenían) y me ofrecen leche semi y la persona con la que iba un vaso de leche normal, pues nos han puesto leche normal a las dos, sin ni si quiera preguntar.. en fin para no volver.

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Deja mucho que desear el trato con la gente y tened cuidado no os quieran cobrar lo de otras personas...

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