El Mercado De Varilla

Hemos ido a comer el día de Año Nuevo, y la experiencia ha sido perfecta.... El trato familiar y agradable, tanto de la encargada Carmen,que es un encanto y te explica todos los platos genial,a todos los camareros, nos atendieron todos muy bien, en especial Chema,que es súper educado y tiene un trato extraordinario... Pedimos jamón de jabugo al corte,unas zamburiñas,que estaban fuera de carta,al igual que magret de pato....todo en su punto. Eso lo pedimos para compartir 4 personas. De segundo, pedimos merluza, taco de lechazo, carrilleras y solomillo....exquisito todo... Pedimos vino Gurdos, una gominola.... Y de postre,dos sopas de chocolate blanco y crema de limón... Cafés y chupitos,con dos copas de cognac...Os paso fotos y nota con los precios

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Ubicado en una de las calles más icónicas del barrio Húmedo de León. El local es amplio, bonito y tiene un ambiente agradable. Posee una amplia terraza, una planta inferior donde se sitúa la zona de bar y la planta superior en la que se encuentra el restaurante. La comida en general nos ha gustado mucho. Cabe destacar tanto las croquetas de carabineros como las empanadillas de cecina, queso de cabra y mermelada de pimiento del piquillo confitado. Las raciones son abundantes y con muy buena presentación. Los postres también están deliciosos, nosotros nos decantamos por la crema de chocolate blanco con helado de fruta de la pasión y la crema de limón con helado de canela, para chuparse los dedos. Los camareros son agradables, atentos y profesionales, lo que ayuda a que salgas de allí con una muy buena sensación. La experiencia es totalmente recomendable.

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El local está muy bien decorado. Pedimos de tapa las patatas con queso buena cantidad y muy ricas. Por contra los camareros, nos hablaron y miraron de malas maneras. Teníamos que ir a barra cada vez que queríamos algo y se enfadó uno de ellos cuando le pedí que me cambiara el vaso porque estaba desportillado y rajado. Una pena la verdad...

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Buen sitio para cenar unas raciones de pulpo, croquetas, calamares... las patatas de siempre con su salsa especial, súper ricas. El pulpo muy bien presentado, al igual que las torrijas. El restaurante está en el primer piso, muy bonito y en la planta baja puedes tomar algo escuchando música. El trato inmejorable. Y con la cuenta te traen unos ronchitos (caramelos típicos de León), cosa que me gustó mucho.

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Nos ha gustado mucho, platos muy bien elaborados con productos de buena calidad. Tienen una buena bodega, y los postres están muy buenos también, volveremos

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