El Jardín de BeA

Tenía pendiente escribir una reseña desde verano de este lugar, acudí este verano y me atendió un señor descamisado, descalzo y fumando de lo mas grosero que he visto en mi vida. Sin duda no lo recomiendo para nada

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Se trata del sitio mas casposo que he conocido jamas, regentado por dos personajes de lo mas groseros, el te atiende descamisado, fumando y descalzo..repulsivo

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El jardin de BeA lugar diferente ubicado en el barrio de la estación. Diferentes pinchos variados y realizados al momento todo un detalle. Su decoración muy distinta a otros bares. Lugar agradable para tomar una copa por la noche. Sus dueños agradables, cervezas con copa fría,todo un detalle . Enhorabuena a Bea Y a Matias por tener un lugar que hacía falta. Espero que os vaya muy bien qie seguro que si. Repetiremos por supuesto

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El jardin de BeA lugar diferente ubicado en el barrio de la estación. Diferentes pinchos variados y realizados al momento todo un detalle. Su decoración muy distinta a otros bares. Lugar agradable para tomar una copa por la noche. Sus dueños agradables, cervezas con copa fría,todo un detalle . Enhorabuena a Bea Y a Matias por tener un lugar que hacía falta. Espero que os vaya muy bien qie seguro que si. Repetiremos por supuesto

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Se trata del peor sitio que he visto en mi vida, cerveza caliente, nada de pinchar, personal desagradable. Al barrio de la estación le hacia falta un lugar agradable en el que poder tomar algo y desde luego este no es el sitio

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¡Una experiencia inolvidable en El Jardín de BeA que no puedo dejar de compartir! ✨🌿 El fin de semana pasado tuve la oportunidad de disfrutar junto a mi novio de una velada mágica en El Jardín de BeA, y no puedo evitar expresar lo maravillosa que fue nuestra experiencia. Desde el momento en que entramos, quedamos cautivados por la encantadora decoración vintage que llena cada rincón de este lugar especial. El jardín es simplemente hermoso, con un ambiente relajante y acogedor que te transporta a otro mundo. Una de las cosas que nos llamó la atención fueron las sillas de césped curiosas, ¡una idea realmente original que nos hizo sonreír! Sentarnos en ellas fue una experiencia divertida y cómoda al mismo tiempo. Además, las mesas de colores sin patas fueron todo un acierto, brindándonos la libertad de movernos sin preocuparnos de las patas que siempre están en medio. La barra se convirtió en nuestro punto de encuentro favorito, donde disfrutamos de deliciosas bebidas mientras nos deleitábamos con las luces estrelladas que se encendieron al caer la noche. La atmósfera que se creó fue simplemente mágica. Pero lo que realmente hizo que nuestra noche fuera especial fue el buen rollo de Bea y Matis, quienes nos recibieron con una sonrisa y nos hicieron sentir como en casa. Su amabilidad y atención nos hicieron sentir queridos y cuidados durante toda la velada. No puedo dejar de mencionar los pinchos variados y riquísimos que probamos. La tosta con

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