Cerveceria Baskian

Pésimo lugar, la hamburguesa estaba fría y rancia, el queso era de madera, la chuleta estaba quemada con un sabor amargo. Personal antipático.

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Buena música. Ana,nuestra camarera, umpecable. Amable y atenta en todo momento. La comida genial. La entraña deliciosa. Las alitas estupendas. Los burritos riquísimos. Local totalmente recomendable,sobre todo por un detallito extra a unir a lo valorado antes: LA COCINA ESTABA ABIERTA A LAS 16:15,cosa que en los locales de alrededor no! Ademas fué imposible no meterse dos cafés irlandeses y un tiramisu!! En Zubiarte, directamente a Baskian. @baskianzubiarte

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Lugar muy concurrido, comiendo a las 17.00h y lleno de gente Camarer@s corriendo, la comida tarda en llegar (se puede entender) Los detalles influyen mucho en la actitud de algunos trabajadores, aunque la comida tiene buena pinta. El sándwich es muy grande, llena mucho (bien), las croquetas están ricas, la pasta bien, la ración la justa. Repito, no hay control de mesas. UN DESASTRE.

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Era la primera vez que íbamos y fue por casualidad. Teníamos entradas para el Guggenhein y aparcamos en el centro comercial que está muy cerca. Era el local que estaba más lleno y nos decidimos por él. Nos sentaron enseguida y nos sirvieron rápido. La comida muy rica y abundante. Por poner una pega llegaba un poco fría a la mesa porque los camareros no daban abasto. Por lo demás, el punto de la carne ideal. La entraña espectacular. Un poco caras las bebidas, el acuarius 3€ y pico, por ejemplo.

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La comida fatal: muy mala y muy cara. Pedimos unos bocadillos que estaban incomibles. Las patatas estaban recalentadas y parecían hechas hace dos días. El lomo de bocadillo malisimo y l panceta cruda y llena de grasa. Se lo comentamos a la camarera, pero nadie se acerco ni siquiera a interesarse ni a pedir disculpas. Los precios carisimos. No lo recomiendo a nadie. Nosotros no volveremos

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Nada recomendable. Decidimos probar de entrantes La Txistorrita (cualquier parecido de el plato servido con el de la carta es pura coincidencia) y la “especialidad de la casa” o eso decían, croquetas de jamón servidas todavía sin descongelar y con un PELO de regalo. Tras pedirle al camarero explicaciones se limita a sin decir absolutamente nada coger el plato y devolverlo a cocina, para después traernos las mismas croquetas algo más hechas. De segundo se vuelven a equivocar en este caso con el pan de la hamburguesa que, por suerte, la camarera cambio muy amablemente. En resumen una cena que esperábamos fuese agradable acabo siendo un “a ver qué nos encontramos ahora”. Una pena que no nos atrevimos ni a pedir un poste por si acaso..

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