Casa Idolina

Si estás buscando un sitio para comer por la zona, esta es de las mejores opciones. Casa Idolina desde hace tres años presta un servicio de restauración que cuida cada detalle al máximo, en un entorno muy acogedor. Dispone de mucho espacio tanto fuera como dentro, para albergar reuniones de amigos, familia, trabajo... Todo está muy limpio y cuidado. La atención del personal es rápida, profesional y amabilísima. La carta es muy variada, desde platos típicos tradicionales a cocina elaborada que hará las delicias de cualquiera (también, de personas vegetarianas). Las cantidades y los precios son rszonables... y por supuesto, no se puede olvidar sus postres. En resumen, un sitio más que recomendable.

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Tras la visita obligada al patrimonio industrial de la provincia, sus famosas Minas de Río Tinto, y con una pequeña búsqueda, nos decantamos por probar sus creaciones. Efectivamente acertamos de pleno. Con una carta extensa en un enclave acorde con su historia, ya que fue una estación de tren, tuvimos que decidir entre sus propuestas, que no son pocas y que dejan para otra ocasión poder probarlas. Un timbal de pulpo que apenas duro un suspiro, sus alcachofas con salsa de queso y jamón exquisitas y bacalao en tempura con espuma de gambas delicioso. Y como colofon tarta dulce de leche. Un acierto elegir dicho restaurante.

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Un entrono precioso. Muy agradable para comer en el exterior. El servicio muy rápido y muy agradables. La comida se nota de elaboración tradicional, cuidado el detalle, entra por los ojos y luego sorprende al gusto. Para nada nos íbamos a imaginar un tipo de restaurante así aquí. Visitar sin dudarlo. Atención especial a Sara, MARAVILLOSA!!!

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Original y con amplia terraza. Es una antigua estación de tren. Fácil aparcamiento. Pedimos un menú degusta ión que estaba muy bueno y bastante variado. El servicio muy atento y simpático. Lo recomiendo. Pagamos 67 Euros (2 personas) con vino.

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Toda una experiencia culinaria. Bonito enclave y con un servicio selecto y rápido. Tienen en su carta un menú degustación exquisito, y el pulpo con alioli de pistachos, de lo mejor que he comido. Todo ello regado con una deliciosa cerveza de bodega. Los precios están algo por encima de la media, pero merece la pena. Muy recomendable.

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