Cafeteria - Restaurante Principe de Viana

Hace años estuvimos y genial. Hoy, hemos vuelto directos para volver a comer... Desastre absoluto. Más de 15 minutos esperando dentro donde la barra y no aparece nadie, ni camareros ni nadie para atender. Hay un botón para llamar al camarero, pero el aparatito (entiendo que lo debería llevar el personal encima) estaba en la barra. Otro personal del parador nos vio esperando, pero sin más.

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Fuimos a tomar algo antes de comer, con intención de comer ahi. La terraza estaba vacia asi que entre a pedir dentro, el camarero me dijo que saliese, que nos atendia fuera, pasaban los minutos y no salía, vino mas gente a la terraza y fueron dentro a pedir, a lo que yo les sigo y veo que les estaba sirviendo!! Le vuelvo a decir (unicamente queria 2 cañas en ese momento) me volvio a decir q saliese a la terraza que ahora iba.... Le dije, que ya que estaba sirviendo a los que llegaron mas tarde, le pedía yo también aunque nos lo sirviese en terraza , me dijo que no, que tenia que estar en la terraza.... Pasaron casi 20 minutos hasta que sirvió a la mesa que llego después de nosotros, atendió a otra mesa posterior y desoues vino a ver que queriamos... Una atencion pesima por parte del camarero. Que por suerte supimos que no era su puesto habitual ya que despues llego la camarera y al contarle lo que pasó no pudo mas que pedir disculpas, y no debía ser la primera queja que reciben de este camarero. Por supuesto que no nos quedamos ahi a comer, y desde luego que no lo recomendamos a nadie.... Una pena ya que es muy bonito el sitio. Pero pierde todo encanto con camareros que no quieren trabajar...

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Comimos en la terraza. El servicio fue bastante deficiente, tardamos bastante en ser atendidos y no fueron especialmente agradables en el trato. Nos tiraron un vaso de cerveza, la luz del baño no funcionaba. Tampoco pude pagar en la mesa con tarjeta. La comida no estaba mal. Esperaba algo más de un local ubicado en Paradores.

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Después de nuestra visita al Palacio de Olite quisimos tomarnos algo calentito tras un día ventoso. Al salir, al la derecha, vimos este parador tan coqueto tanto por fuera pero aun más espectacular por dentro. Sin duda merece la pena un café y recorrer algunos de sus pasillos así como el hall del parador. Si os gustan los cuentos de hadas y la época medieval pero con un toque lujoso, no os lo podéis perder. Los cafés algo caros, pero lo esperábamos dada su decoración.

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Una cafetería con ambiente acogedor y tranquilo en un sitio bonito. Tiene una pequeña terraza perfecta para aprovechar el buen tiempo. La comida estaba exquisita, abundante y calidad acorde con el precio. Nos fuimos encantados.

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