Bodegas Morosanto

Se los regalé a mis padres y les ha encantado, ha sido toda experiencia, salieron súper encantados con el trato y todo lo que probaron buenísimo. ¡Muchas gracias por todo!

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¡Muy buena experiencia! Se realiza una visita por sus instalaciones muy interesante, se catan 2 vinos (blanco y tinto), posteriormente te ofrecen aperitivos y más vinos pero no incluidos en la visita. Como detalle, daría a probar algo más exclusivo o especial por hacerlo algo más ‘único’. El trato de Alejandro de 10 👍🏽

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Estuvimos ayer sábado para realizar la visita y cata de vinos en la bodega, nos atendió Alejandro y fue una experiencia muy completa, nos explicó con todo detalle la historia de la bodega y el proceso de elaboración del vino, atendiendo a todas nuestras dudas, fue muy amable con nosotros y se nota que tiene amplios conocimientos en enología. Respecto a la cata cada vino estaba a cual mejor. A pesar de haber realizado la visita nosotros volveremos a realizarla más adelante ya que nos gustó mucho la experiencia y como nos atendieron.

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Fuimos a una cata de vinos por primera vez y nos encantó todo. Nos explicaron la historia de la finca, la producción y elaboración de los diferentes tipos de vinos, nos enseñaron a oler y probar un vino y poder distinguir aromas y sabores del mismo. Nos llevamos varias botellas distintas porque estaban riquísimos! Lo recomiendo a todo aquel que nunca haya ido y quiera disfrutar de esa maravillosa experiencia.

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La cata me ha parecido muy buena, la atención, la historia y todo por parte de Cristóbal magnífico. Los vinos bastante buenos. Los ibéricos que ponen también me han gustado. La única pega por lo que no les doy el 5 es por lo mal comunicada que está y porque dentro de que es una bodega pequeña no la veo bonita ni con encanto, un poco industrial para lo pequeña que es.

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Ante todo destacar la profesionalidad de Cristóbal, el guía de la visita y cata de vinos. Son unas bodegas pequeñas para lo que se aprecian en otras zonas de renombre como Rioja o Rivera del Duero, pero con un atractivo natural encantador, los viñedos se desparraman por una ladera del monte Morosanto que deleitan la vista del visitante. Los vinos son agradables de tomar, sobre todo el tinto crianza, si bien como alguien en sus reseñas comento, no merece la pena adquirirlos en la propia bodega, pues su precio es más caro que en cualquier tienda del centro de Ronda. La accesibilidad es complicada pues Google Maps no te lleva bien al destino, habría que tomar la carretera MA-7403 y en el Km 2, desviarse por el camino de la Cacería, después el camino de Alcubilla y por último el camino de Moro Santo hasta el final del mismo

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