Bocanegra Madrid

Bocanegra Madrid te propone un plan para disfrutar de la mañana del fin de semana como se merece: un plan divertido en la terraza del Palacio de Marqués de Riera. Suena bien ¿verdad? pues sabe mejor

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Luis Miguel Moreno, el chef que lidera el restaurante madrileño de moda: "A pesar de estar a pocos pasos de Alcalá y de Gran Vía, estás fuera del bullicio del centro"

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Un aperitivo muy completo para la mañana del sábado, compuesto por mortadela trufada, piedras de parmesano, una focaccia de burrata, tomate y pistacho e incluso un brioche de ternera con queso, rúcula y salsa especial del chef. ¡Y no olvidemos las aceitunas negras! Todo un clásico del aperitivo más italiano.

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Demasiado caro

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Acabo de salir de la terraza Bocanegra, y quiero reflejar aquí mi decepción, y terrible sensación. Nos hemos reunido allí unos cuantos amigos para celebrar una pequeña reunión tomando y picando algo con motivo del cumpleaños de uno de nosotros. Al llegar y sentarme en mi asiento dentro de la terraza cubierta, ya que hoy a diluviado en Madrid, necesité ir al baño, con el descuido por mi parte de olvidar la mascarilla en mi sitio, habiendo caminado apenas 3 metros un camarero de la barra me llamó de una forma muy mala educada y vergonzante la atención por tal motivo, cosa que aunque justificada, no son los modos de atender a ningún cliente. Posteriormente pedimos algunas bebidas y cada vez que pedíamos el camarero automáticamente nos traía la cuenta y nos pedía que pagáramos al momento, empezando a tener por mi parte una sensación incómoda, pero que que acepto sin que me deje de sorprende. Después pedimos algo para picar, unos finger de pollo y unos nachos, aunque no espero que la calidad de unos entrantes para compartir de este tipo me vayan a resultar algo excepcional si que espero que el pollo sepa a pollo y no a merluza u otro pescado (supongo que será porque habrán frito en el mismo aceite ambas cosas y se mezclan los sabores) con mucha amabilidad y sin querer resultar hiriente se lo digo con discreción al camarero para que se lo diga al cocinero, porque aunque yo con hambre me como lo que sea, está bien que lo sepa para evitar que otro cliente le pueda molestar más que a mi, el camarero me lo agradece. Pero la cosa se empieza a torcer más poco después, y ya no puedo ocultar mi molestia, y es que sin aún haber terminado de comer las seis personas que estábamos en esa mesa, el camarero viene a traer la cuenta y empieza a retirar los platos, le comento que me hace sentir violento con ese trato además de molesto, y que no tengo nada en contra suya pero que por favor me gustaría poner una hoja de reclamación oficial de la comunidad de Madrid. El camarero intentar disculparse y pedirme que le deje arreglarlo para solventar el error y mi molestia, pero le digo q yo por mi parte le agradezco la intención pero que no voy a beber ni comer nada más y que no quiero ocasionarle ningún problema a él, pero considero que estoy en mi derecho de poner una reclamación y que me traiga la hoja. El amable camarero me dice que si, pero en vez de la hoja nos trae otro plato de fingir de pollo, yo insisto discretamente en la hoja de reclamación, a la vez que espero que algún supervisor o encargado del establecimiento se digne a dar la cara, para evitar que el camarero se coma el solo “el marrón”. Pues bien, pasa más de una hora y allí no viene ni el supervisor o encargado ni la hoja de reclamación. Decido irme, y cuando voy a salir, me dirijo antes a la barra donde está el camarero, para discretamente y sin importunar a el resto de amigos y clientes, insistir en que no me han proporcionado, ni la hoja de reclamación, ni me han dado los tickets de compra que nos mostraron al pagar, ni tampoco se ha personado supervisor alguno. El camarero visiblemente nervioso me invita prácticamente a salir diciéndome que no hay ningún supervisor en la sala que si quiero q lo llama para que suba (no sé de donde) y q es el, quien tiene las hojas de reclamación, le digo q si, que quiero hablar con el supervisor y mi hoja de reclamación, pero parece que ahora ya no está ni el supervisor, ni tienen posibilidades de darme la hoja. Me dice que se encargara de tratarme genial la próxima vez que vaya, pero no creo q vuelva nunca. Le digo que me voy a ir, porque no quiero q mis amigos se puedan sentir incómodos por la situación, pero que si no fuera así y llamará a la policía, les caería un puro por no facilitar a los clientes la hoja de reclamación de la comunidad de Madrid que tienen que tener a disposición de los clientes. Me he sentido molesto como nunca, muy incómodo y contenido por evitar ocasionar algún tipo de problema en su trabajo al camarero, cuando la culpa es de la gerencia de este local por no tener un responsable que de la cara.

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Mala atención y falta de información del personal. Lugar sobrecargado de publicidad de Aperol y para nada acogedor, difiere mucho con lo que ha sido. Antes era un lugar con encanto y buen gusto en el cual disfrutar de un buen rato estaba asegurado. Reservamos para cuatro personas y al llamar posteriormente para reservar para una quinta, nos dicen que es imposible que tienen todo reservado y poner una silla más es inviable. Que si queríamos ampliar debería ser fuera en la terraza ( llovía chuzos de punta). Nuestra sorpresa cuando llegamos y en lugar de estar la mesa dentro techada, nos acompañan a la terraza cubierta en donde sólo hay cuatro mesas ocupadas...¿cómo..? pues sí, ni Perry en el local, porque no se puede llamar otra cosa a un establecimiento en donde tiene una carta de bar de playa con poquito donde elegir en el centro de Madrid a precios nada baratos. Decoración horrorosa, ambiente nada apetecible, el servicio deja mucho que desear.

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Excelente ambiente . Un lugar muy acogedor, con buen ambiente. Excelente trato por parte de Camila y Lidia, muy amables en todo momento. Gracias

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La terraza es bastante grande, con decoración muy chula, los camareros muy amables

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Me encanta este sitio y su comida muy rica. De los pocos que he repetido.

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Muy buena elección, la terraza es un súper acierto. Se está fenomenal. Muy buena atención de los camareros, la única pega es que tardaron un poco, pero estaban completos de gente. La comida muy rica, el ceviche, la hamburguesa, las patatas espectaculares y la tarta de Nutella para repetir.

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Un sitio ideal, el servicio excelente rápidos y atentos

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Bonita terraza, tomamos una botella de vino y picamos unos nachos al estilo mexicano

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Un fiasco. Casi una hora para traer los platos y cuando llegan encima fríos. La hamburguesa de 16€, ya está bien, más seca que otra cosa. No sé para qué piden si la quieres poco hecha. Nos fuimos sin pedir el postre y al pagar tenían problemas con el wifi y otros 20 minutos de espera.

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Una terraza muy amplia y verde. Tiene música y está muy bien para tomar un aperitivo, para picar algo (si decidís quedaros) o para tomar una copa después de cenar. Atienden bien y rápido.

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Maravillosa atención por parte de todos, pero especialmente de Angélica, que es encantadora y se desvive porque estés a gusto. Estupenda la comida y el ambiente. Las copas generosas y bien de precio. Un lugar extraordinario en el centro de Madrid. Absolutamente recomendable. Repetiré seguro

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Es un lugar excelente! Muy hermoso 😍 la atención es genial, tod@s l@s camarer@s muy atentos, tienen mucha variedad en bebidas y comida para picar lo mejor es que estaba muy rica!! Los recomiendo al 100%

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El lugar es agradable, con una amplia terraza y con una zona reservada con techado. El problema viene por parte de los camareros, que salvo uno de ellos, los demás pasan de atenderte bien y si atienden correctamente lo hacen solo a los que están en la zona reservada. Por lo demás, sitio correcto para ir una vez en la vida porque es caro, aunque sabiendo la zona en la que está ubicada eso no es lo importante. En general, la experiencia pudo haber sido mejor.

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