Bells Bar

Buenísimo todo lo que probamos y un trato excelente. Siempre que vamos a Donosti es parada obligatoria

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Nos encantó!!! Vimos un vídeo en instagram que nos dió muchas ganas de probar y no nos arrepentimos!! La tortilla, fue la mejor que hemos comido !!!! Las croquetas de sancocho eran deliciosas y el pulpo de mi pareja, le encantó!!! Repetiremos sin duda !!! Enhorabuena!

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Muy rico todo lo que comimos :) Primero unas croquetas el peñol, que no se parecen nada a las que estamos acostumbrados aquí, pero merece mucho la pena probarlas. Después, unos iñakis, que son unos nachos para chuparse los dedos. Y para terminar unos torreznos (txitxarron ez) y unos tacos (tacos bells), que no defraudaron! Si no consigues reservar una mesa dentro, puedes intentar conseguir un sitio en la barra o la terraza, ya que ahí no aceptan reservas. Repetiremos para probar los demás platos de la carta :P

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Vinimos para la semana grande y nos llamó la atención desde fuera, a parte de tener algunos platos bastante buenos. Pedimos unos vermuts para acompañar y unas croquetas que estaban buenísimas. Despues pedimos unas anchoas acompañadas de pan con mantequilla, y aunque no soy demasiado de pescado la verdad es que me encantaron. Luego pedimos pasta con trufa y la verdad que sin palabras, aunque se nos quedó corto. Por último pedimos unos tacos con un poco de picante y los disfrutamos mucho. De postre probamos una torrija con helado de turrón y lotus que estaba brutal. Y para bajarlo todo nos hicimos un chupito de plata o plomo. Comimos genial, ojalá podamos volver. Gracias.

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La mejor cena en mucho tiempo. El servicio es espectacular, se toman su tiempo en sacar los platos, para que disfrutes de lo que tienen en mesa sin prisa, y también puedas disfrutar del ambiente, la música y hablar tranquilamente con quien vayas. La comida fue espectacular, probamos todos los pintxos, y no sabría cuál es mi favorito, aunque el pan bao y el taco fueron los más sorprendentes, el pulpo, las croquetas o los torreznos no se quedan atrás. Recomiendo pedir los Iñakis con carne, aunque para dos personas fue mucho, no dejamos nada en el plato, aún así estaría bien tener opción de media. No soy de Donosti, pero si vuelvo volveré a cenar en Bells sin duda. La dueña, que nos atendió en la barra toda la noche, fue súper amable y nos recomendó cantidades de forma muy acertada. Probamos también la torrija que tenían de postre y fue magnífica. Nos quedaron cosas de fuera de carta para probar, pero es un sitio que puedes ir en pareja y comer pintxos o compartir alguna ración o con mucha gente para probar un poco de todo . Recomiendo reservar siempre un par de días antes, ya que está siempre lleno, aunque si sois sólo dos, podéis haceros siempre un hueco en barra.

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