Bar Travesía

El 30 de junio paramos en Tarazona. Fuimos a este bar atendiendo a las buenas reseñas anteriores. A la hora de escoger, huyendo de productos sospechosamente aceitosos acabamos por pedir tortilla,croqueta(sólo había una) y olivas. Sin embargo,nos encontramos con una tortilla de patatas fosilizada,seguramente de gran valor arqueológico pero dudosamente comestible. La solitaria croqueta de jamón que aún siendo la hora del vermut,nos atrevimos a pedir,tenía un sabor agrio que justificó su triste abandono en la barra. Las dulzonas e inacabables olivas tenían un sabor aceptable. El joven que nos atendió en la barra, utilizó sus manos para,poner tapas,tirar cañas,cortar pan,acomodar las raciones en los platos y cobrar dinero en efectivo,sin lavarse las manos. Conclusión:dudamos de que sean las mismas personas las que regentan este negocio.

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Fenomenal. A pesar de un pequeño contratiempo, la dueña fue muy resolutiva y cenamos muy bien. Buenas raciones y muy buen servicio. Muy recomendable . Desde aquí deseo a Yasmina (dueña), su madre (al mando de la cocina) y Javier mucha suerte en esta aventura. Su juventud y ganas harán que les vaya muy bien

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Todo 10 de 10 👌🏼 Buenas Raciones para deleitar el paladar. Os recomiendo mucho que probéis las Trompetillas de la muerte 🤤 también tienen pintxos y bocadillos.

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Comida espectacular, servicio al cliente de 10. Sin duda alguna, parada obligatoria en Tarazona.

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Entramos a cenar unas tapas el domingo y aunque estaba lleno y teníamos que comer de pie en la barra, el camarero nos busco un taburete para poder descansar las piernas. Las tapas están buenas, buena cantidad y calidad. El servicio muy bien, el camarero estuvo atento en todo momento.

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