Bar restaurante Posada La Farola

Excellent me encanta este fin de semana del 11, muy buen servicio muy buena comida asequible de precio para volver.

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Menú del día 11€ Bastante rico todo la verdad, el Sr muy amable . La tarta de la casa muy rica recomiendo probala

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Buena Armonia,buena comida y nos divertimos muchos los camareros muy amables y los dueños Geniales lo recomendamos volveremos

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Fui por que actuaba un amigo y la verdad es que estuve muy agusto aquí los camareros muy atentos desde el primer momento muy majos la comida riquísima el postre espectacular es un gran sitio sin duda repetiremos Muy recomendable

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Atención increíble, auténtico hasta la médula. Estuvimos con mi pareja buscando un lugar de toda la vida, varias personas nos recomendaron La Farola. Si buscáis comer en un lugar típico de la zona con menú, platos combinados y con un equilibrio de calidadsaborprecio este es vuestro sitio.

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Que bien para niños. Menú para todos con sabor, abundantes y sobretodo gran espacio de juego para niños que mientras comes es una ventaja.

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CASI EN SECRETO. Por localización a puro ojo conseguimos llegar a un edifico grande en una carretera auxiliar de la nacional, con letrero: Mesón La Farola. Curiosamente, todas las ventanas estaban con las persianas bajadas, y no se atisbaba ni un alma. Eso sí, había coches aparcados. Dadas las horas, de cabeza al interior. Portal ampuloso, en penumbras, con otra cartel que rezaba “Centro de Ocio”, y avanzando un poco más…un bar. El dueño, con amabilidad algo forzada (debía librar el servicio para ese día), nos interroga sobre nuestras intenciones de papeo: “en un momentito os preparo la mesa”. Después del botellín de espera, entramos en el comedor, una carpa amplia, en penumbras y con una única mesa ocupada por una pareja con dos críos. Comimos el menú, bastante correcto, descubriendo la carcamusa (plato típico de magro de cerdo guisado, con sus guisantitos y eso) y padeciendo (mi querida) el arroz con leche perpetrado. Según me comentó, uno de los peores de toda su vida, los ingredientes juntados casi sin cocer y con sosería Presupongo que por las fechas (finales de Diciembre) el negocio no está en su punto más alto de rendimiento, porque cuesta acceder a él, si no lo conoces previamente. Se puede leer el letrero: Mesón La Farola, pero curiosamente, todas las ventanas estaban con las persianas bajadas, y no se atisbaba ni un alma. Eso sí, había coches aparcados. Dadas las horas, de cabeza al interior. Portal ampuloso, en penumbras, con otra cartel que rezaba “Centro de Ocio”, y avanzando un poco más…un bar. El dueño, con amabilidad algo forzada (debía librar el servicio para ese día), nos interroga sobre nuestras intenciones de papeo: “en un momentito os preparo la mesa”. Después del botellín de espera, entramos en el comedor, una carpa amplia, en penumbras y con una única mesa ocupada por una pareja con dos críos. Comimos el menú, bastante correcto, descubriendo la carcamusa (plato típico de magro de cerdo guisado, con sus guisantitos y eso) y padeciendo (mi querida) el arroz con leche perpetrado. Según me comentó, uno de los peores de toda su vida, los ingredientes juntados casi sin cocer y con sosería plena. Pero cumple, las cantidades son buenas y el precio ajustado. Sirve. Y habrá que verlo con más ambiente y más platos típicos…

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