Bar Pipos

Precios excesivos para el sitio, leeeentitud exagerada para dos lonchas de fiambre. Lo más rápido y sin dilación es la cuenta….. Yo no vuelvo ni lo recomiendo

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Una experiencia nefasta , muy lentos , poca variedad de platos , nos ofrecieron media tortilla q era lo q le quedaba y unas tablas de embutidos . La tortilla hecha con bastante anterioridad , las tablas se reducía a un plato con con unos escasos trozos de jamón serrano cortado bastante gordo, cuatro lascas de chorizo y cuatro trozos de queso . Debido a la escasez decidímos pedir un bocata de pollo y una Hamburguesa , la cual tras pedirla nos comentan un rato dp q no les queda pan de hamburguesa q nos la hacen con pan normal . Tras más de 40 min esperando nos dicen q se les termino las hamburguesa por lo q le decimos q traigan ya solo el bocata q aún tardo unos 20 min mas . En cuanto a la cuenta 40€ , botella de vino 18€ , tablas a 5€, bocata a 5 y varios a 7€ , y otros varios q no especificaba , suponemos q dos cocacolas y una cerveza . Llegamos a las 21,25 y nos sirvieron el bocata a las 23 , teniendo solamente otra mesa q pidieran comida . No merece la pena ir hasta allí .

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Espacio muy reducido, calidad-precio muy desfavorable, atención muy precaria, sin carta física y unos precios desmesurados totalmente, por ejemplo, botella de agua de 33cl. 2€, botella de vino Godello 18€, etc. En cuanto a la comida, ensalada de tomate 5€, las tortillas están echas, luego te las calientan en Microondas, embutido de mala calidad y raciones muy escasas. La presentación de platos, ni por los ojos te entra. En concreto, no vale la pena ni acercarse a conocerlo, fraude total..

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El lugar es bonito, pero están muy verdes en la hostelería. Fuera tienen un tablero que pone lo que ofrecen pero luego dentro la realidad es otra. Pedimos para comer y eran las 21:45 solo nos ofrecieron una tabla de embutidos que resultó ser un plato de cristal muy escueto de cantidad, nos ofrecieron una ensalada que resultó ser dos tomates pequeños picados en lonchas finas con una poca sal y por último nos ofrecieron pechuga con berenjena rebozada que si estaba buena al igual que todo lo demás, pero repito solo había eso para cenar y muy escueta la cantidad por cierto gracias a una farola de la calle pudimos ver el plato para cenar. Tiene mucho potencial pero está sin desarrollar, están muy verdes tienen que espabilar. La tapita de la consumición daba pena verla, parecía una hoja de tortilla.

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¡Una experiencia fantástica en el bar Pipos! El ambiente es acogedor y la decoración es preciosa. Las tapas son deliciosas y la atención del personal es excelente. ¡Sin duda volveré a disfrutar de la buena comida y la buena compañía en este lugar tan especial!

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