Bálamo restaurante

El jardín vertical interior más grande de toda Europa se encuentra en Bálamo, una marisquería de Alcorcón, municipio de la Comunidad de Madrid. Una pared, de 350 m2, con 10 metros de altura y 35 metros de anchura, preside el restaurante Bálamo y puede contemplarse casi desde cada uno de los ángulos del local, a pesar de que éste mide 4.200 m2.

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Local muy amplio. Cuando llegamos tenían un problema con las reservas online y algunas se habían cancelado pero el personal fué bastante atento y amable y lo solucionaron. El local es muy grande con varias estancias. La principal, que está en la entrada tiene mesas altas y hay más “bullicio”. Los platos están bien presentados y la calidad del producto bastante acorde al precio.

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Muy mala experiencia. Pedimos unas almejas a la sartén y estaban incomestibles nos volvieron a poner una nueva ración y más de lo mismo pedí unos chipirones a la plancha y me pusieron unos calamares muy duros y mal hechos muy mala experiencia el problema es de la cocina no lo recomendaría en absoluto mucha puesta en escena del local que no se corresponde con la comida

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Tu no sabrías distinguir entre un jamón ibérico de bellota de un loncha de jamón york.

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Restaurante grande, con buenas mesas para sentirte cómodo. Personal demasiado arrogante, poco profesional. Se nota que no han pasado por la escuela de hostelería. Cabe destacar que en la carta ponen que tienen jamón de bellota y no es verdad. Tras pedir una ración y comprobar que no es así, lo reclamamos a la persona que nos ha tomado la comanda. Al poco tiempo, vuelve a la mesa con un plato pequeño con otra ración del mismo jamón, insistiendo que si es de bellota. Nos levantamos al lugar donde tienen los jamones, a la entrada del restaurante y comprobamos por nosotros mismos que efectivamente no es de bellota. La persona que está detrás del mostrador, que, entiendo será la que también lo corta, reconoce que son buenos jamones pero que cree que no son de bellota. En fin, que cuando un jamón es de bellota se nota nada más probarlo y si no lo es también. No es de recibo y tampoco legal, que ofrezcan un producto de inferior calidad y cobren por una calidad mayor, eso tiene varios calificativos, que cada uno elija el que quiera. En los demás productos desconozco si también aplican el mismo proceder, desde luego conmigo no vuelven a contar entre sus comensales. Una pena de restaurante porque tiene todo lo necesario para ser un gran restaurante. Quizás los culpables somos los propios clientes que pasamos por el aro y no reclamamos este tipo de engaños, dejándonos llevar por el momento de disfrutar nuestra reunión con amigos o familiares. No lo recomiendo, porque a mi me engañan una vez, si lo hicieran dos veces, ya sería culpa mía por repetir.

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Restaurante grande, con buenas mesas para sentirte cómodo. Personal demasiado arrogante, poco profesional. Se nota que no han pasado por la escuela de hostelería. Cabe destacar que en la carta ponen que tienen jamón de bellota y no es verdad. Tras pedir una ración y comprobar que no es así, lo reclamamos a la persona que nos ha tomado la comanda. Al poco tiempo, vuelve a la mesa con un plato pequeño con otra ración del mismo jamón, insistiendo que si es de bellota. Nos levantamos al lugar donde tienen los jamones, a la entrada del restaurante y comprobamos por nosotros mismos que efectivamente no es de bellota. La persona que está detrás del mostrador, que, entiendo será la que también lo corta, reconoce que son buenos jamones pero que cree que no son de bellota. En fin, que cuando un jamón es de bellota se nota nada más probarlo y si no lo es también. No es de recibo y tampoco legal, que ofrezcan un producto de inferior calidad y cobren por una calidad mayor, eso tiene varios calificativos, que cada uno elija el que quiera. En los demás productos desconozco si también aplican el mismo proceder, desde luego conmigo no vuelven a contar entre sus comensales. Una pena de restaurante porque tiene todo lo necesario para ser un gran restaurante. Quizás los culpables somos los propios clientes que pasamos por el aro y no reclamamos este tipo de engaños, dejándonos llevar por el momento de disfrutar nuestra reunión con amigos o familiares. No lo recomiendo, porque a mi me engañan una vez, si lo hicieran dos veces, ya sería culpa mía por repetir.

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He estado varias veces porque siempre he estado muy agusto, hacia tiempo que no íbamos,la última vez que estuve (el día 10224) he notado varios cambios y no para bien Demasiado masificado, la calidad no ha variado mucho,en general es buena pero el servicio de camareros un poco lento y mucho tiempo entre plato y plato.

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Bálamo Restaurante es garantía de éxito. La calidad de los productos, desde mi punto de vista es buena y el servicio de los clientes es agradable. Recomiendo ir cualquier día menos en fin de semana. Ideal para ver los partidos de fútbol en su mega pantalla. También puede ser un buen restaurante pera llevar a comer a un cliente pues la zona de mesas aisladas. Otra ventaja es la posibilidad de aparcar en el parking subterráneo con acceso directo. Recomendado ✅

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Una comida muy rica. Un sitio genial donde comer en familia, un ambiente agradable y el trato increíble, la comida riquísima, el camarero ivan muy agradable con nosotros y muy atento en todo el servicio, sin duda volveremos a repetir

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La comida buena pero la música la pusieron tan alta que se hizo la noche algo desagradable.. Éramos un grupo de 13 personas y pedimos platos para compartir en mesa. Pedimos pulpo a la gallega, calamares rebozados, chopitos, chipirón a la plancha, pimientos de padrón, croquetas de jamón y de carabineros. Todo muy bueno, aunque el rebozado sabía algo a harina y las croquetas nada de otro mundo. De postre pedimos 2 platos con un surtido de 4 tipos, nos sacaron la torrija, el brownie, flan de queso y la filloa, lo único que valía la pena era la torrija y el flan de queso. Sobre las 22:30 pusieron un dj con la música altísima, dijimos que por favor la bajaran pero no nos hicieron ni caso, parecía una discoteca más que un restaurante. Una vez nos sacaron la cuenta, nos cobraron los diferentes tipos de postre todos al mismo precio, cuando en carta unos valen menos que otros. Sobre las 00:00 subimos al salón de arriba donde normalmente ponen música en directo pero nos dijeron que no estaba abierto porque lo tenían ocupado con mesas para las comuniones.

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Muy bien, nos cambiaron sin pedirlo una mesa alta por otra baja mucho más cómoda. Tardaron un poco en coger la comanda pero luego todo muy rápido. Eso sí, olvidaron traer uno de los platos a compartir y tuvimos que pedirlo. Pero por lo demás, todo estupendo. La comida, que es lo importante, deliciosa y totalmente en su punto. Volveremos

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Hemos cenado allí hace un par de días. Veníamos recomendados, y la experiencia ha sido en general buena, aunque con algún pero: Como principal elemento positivo, el restaurante es una pasada, tanto en lo decorativo como en los espacios que tiene. Es casi una conjunción de 3 restaurantes en uno. Tiene una terraza que, aunque no se disfruta de la decoración interior, hace que estés muy agradable. La atención fue buena, aunque nos metieron mucha prisa en la comida. Casi no habíamos acabado el entrante cuando nos lo quitaron, e igual ocurrió con los segundos. No fuimos los únicos, puesto que a la mesa de al lado igual les pasó. Respecto a la calidad del producto, es bueno, aunque mejor el pescado que la carne sin duda (probamos ambos). El pulpo al limón de entrante es interesante. Del postre, súper recomendada la tarta de queso. Aunque no os sorprenderá por el sabor, sí lo hará por su cremosa textura. El precio es bueno y acorde a lo pedido, por lo que sin queja por ese lado.

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Restaurante amplio dividido en varios ambientes. Tiene parking gratuito. En los alrededores se aparca muy bien también. Tiene ascensor. Mesas altas en la zona de bar y bajas en la zona de restaurante. Producto fresco en peceras a la vista del cliente. Se puede comprar producto fresco o cocinado para llevar. La comida muy rica. El precio un poco elevado. La ración de queso es ridícula, no merece la pena para el precio que tiene. Al ser un local tan grande es bastante ruidoso y los camareros tardan en atender. Lo mejor es reservar uno de sus salones privados para poder comer tranquilos. Id con paciencia.

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Lugar muy agradable para comer. El servicio muy bueno y muy atentos los camareros a pesar de estar bastante lleno el restaurante. Buena calidad de la comida. Como aspecto a mejorar, a una carne de lomo alto de vaca, no le metais patatas fritas de bolsa...

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