Arriola Arena (beef & beer)

Hacía tiempo que no comía un menú diario tan malo, caro relación calidad - precio y tan olvidable. 4 primeros, 4 segundos con 3 postres, con agua, casera y vino como únicas opciones de bebida, sin opción a medio menú para niños (2años), donde tenías que pedirlo entero y llevártelo luego cargando por Pamplona. En general ponen raciones grandes, algunas buenas como las albondigas en salsa o el pollo estilo asiático, aunque luego estaba todo bastante aguado, con sabores muy neutros y tirando generalmente a malo. Hemos tenido bastantes dudas con los garbanzos de bote, el ajo arriero aguado de abadejo o el rabo de toro aguado de ternera. El arroz con leche de postre estaba tan duro que había que masticar los granos de arroz. Tardaron bastante en traer los platos pese a tener el local con dos mesas, por supuesto no tomas café para no seguir tirando el dinero. No puedo recomendarlo, pese a unos años atrás comer muy bien aquí y venir específicamente hoy y haber tenido una grata experiencia con su carta.

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Un lugar muy normalito para tomarte algo a precios altos para la calidad servida, al menos para mi gusto con un servicio justito y más un día de partido que es precisamente por eso por lo que le pongo tres estrellas pensando que un día normal será menos intenso. Eso sí el precio de diez euros el bocadillo no lo compro por muy bueno que esté porque encima es pequeño hasta para compartir!

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Sitio tranquilo, con terraza doble y sitio tanto para parejas como para grandes grupos. Comimos las parrillas de carne y verduras y los brownies de postre. Para 3 personas de sobra, el brownie no es el típico ya que como se ve en la foto es blando, casi se deshace, aunque de buen sabor. El trato de la camarera excepcional. Repetiremos

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Día de partido y casi no comemos. Pedimos el menú y nos comunican que no hay entrecot, no hay problema, pedimos secreto. Al rato vuelven a tomarnos nota porque habían perdido la comanda, seguimos tranquilos porque es algo que puede suceder. Tras algo más de una hora, solo habíamos comido el primer plato y se nos acerca una camarera a comentarnos que tampoco hay secreto pero pueden sacarnos solomillo, aceptamos. Al rato nos sacan los solomillos secos, suponemos que los tenían congelados. Llegamos a los postres y continua el caos. Pedimos dos cremas catalanas y una tarta de queso, nos comunican que no hay tarta de queso y la cambiamos por otra crema catalana. Al rato aparece una camarera con una tarta de queso y una natilla, nos comunica que no hay crema catalana, aceptamos la natilla y pedimos otra tarta de queso. Pedimos los cafés y nos sirven, por decisión propia del local, dos para llevar y uno para tomar ahí. Resumen: hemos pagado 28€ por persona por un menú que no equivale ni a la mitad y hemos comido lo que ellos nos han querido servir. Vergonzoso.

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Hemos ido a comer un viernes 5 personas Con la nueva gestión del local Estaba todo muy rico, muy buena relación calidad-precio Atención rápida El personal muy amable Mención especial a la música 👍 ¡¡Para repetir!!

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